
Podríamos decir que casi toda persona que se sube a un avión, viaja incómoda. A excepción, claro está, de quienes van en business. Por eso cada centímetro extra, reclinación o comodidad que podamos obtener es más que bienvenida. Una opción muy difundida para tal fin es viajar en los asientos de la fila de salida de emergencia.
Estos asientos tienen la particularidad de contar con mayor espacio entre filas. Esto se debe a que en sus laterales hay puertas que en caso de emergencia se debe contar con lugar para maniobrar su apertura y el posterior desembarco de los pasajeros. Suelen ser muy demandados, por tal motivo muchas aerolíneas los cobran más caros.
Más allá de la comodidad extra que nos brindan o el costo que haya que abonar para su uso, debemos tener en cuenta algunas cosas. No todos pueden acceder a este asiento, sobre este punto Jetsmart es claro en su sitio web:

Al mismo tiempo que nos da el beneficio de viajar más cómodos, también nos obliga a cumplir ciertas pautas. Sumadas a las descriptas en la imagen, tenemos la imposibilidad de llevar una mochila debajo del asiento delantero, la misma debe ir al compartimiento superior al menos en el despegue y aterrizaje. Lo mismo con auriculares o algo que pueda distraernos en ese momento. También debemos estar calzados (me refiero a llevar zapatillas o zapatos, no a lo otro) y prestar atención a la cartilla de seguridad.

Otros aspectos a considerar es que en caso de que la aeronave cuente con entretenimiento de a bordo, la pantalla no la tenemos en el asiento de adelante sino que sale por el apoyabrazos. Lo mismo ocurre con la bandeja para la comida, que suele ser más pequeña de lo habitual. Si hay dos filas de emergencia juntas, los asientos de la de adelante no se reclinan.
Detalles mínimos, pero para tener en cuenta. Para una persona alta viajar en los asientos de fila de salida de emergencia compensa ampliamente al ganar esos centímetros más para poder estirar las piernas.
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