El concepto de comida rápida está difundido en todo el planeta. Todos conocemos y consumimos en mayor o menor medida este tipo de alimentos, normalmente a través de cadenas mundialmente famosas. Obtenemos un producto estandarizado en el menor tiempo posible. Pero hay un lugar que dio un paso más para que podamos tener un bocadillo con solo presionar un botón. Estamos hablando de FEBO, que cuenta con una buena cantidad de locales en Ámsterdam y todo Países Bajos.
FEBO empezó como panadería en 1941 pero su éxito comenzó en la década del 60 con la introducción de su ya famosa “pared de snacks”. En lugar de esperar para ser atendida, directamente la gente se acercaba a la máquina expendedora de comida donde hacía su elección y pagaba con monedas. Hoy en día hace lo mismo pero usando una tarjeta de crédito contactless y tocando un botón para que se abra la puerta con su bocadillo.
Esto se traduce literalmente en comida al instante. Si bien en cualquier cadena la demora en la preparación del pedido es breve, aquí directamente tenemos la comida lista esperándonos. Cada fila tiene un mismo artículo que van reponiendo continuamente del otro lado. La empresa asegura que los productos son siempre frescos, hechos en el día.
Lo interesante es que su menú se basa en comidas típicas locales siendo su famosa kroket la estrella del lugar. En las máquinas podremos obtener distintas versiones, además del kaassouflé, un queso empanado y frito que nos gustó mucho. Hay clásicos globales como hamburguesas y salchichas. Varios de sus productos tienen su alternativa vegana.
Pero no todo es exclusivamente autoservicio. Es posible adquirir bebidas y papas fritas, para eso deberemos ir al mostrador y solicitarlo a un empleado de carne y hueso. Las papas fritas son toda una institución en los Países Bajos y no pueden faltar en el menú.
Respecto a los precios, 3 euros puede parecer excesivo para un pedazo de queso frito pero son económicos comparándolos con el promedio de la ciudad. Lo mismo unos €6 para una hamburguesa doble. Todos los platos mantienen su temperatura en la máquina expendedora.
FEBO es una experiencia original y parte del día a día de Ámsterdam. Los locales la eligen mucho, incluso el gran Johan Cruyff era fanático de sus productos. También hay tiendas con el mismo concepto pero de otras marcas, hemos consumido en uno en la estación Amsterdaam Central. Vale la pena darle una chance.
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