![klm_aeropuerto_ezeiza_amsterdam](https://i0.wp.com/viajesparanico.com.ar/wp-content/uploads/2024/08/klm_aeropuerto_ezeiza_amsterdam.jpg?resize=678%2C381&ssl=1)
En estos tiempos de pasajes con precios bastante elevados, suelen aparecer valores más bajos en vuelos con conexión. Entonces muchas veces se da que si queremos ir a X destino es más barato comprar un pasaje con esa ciudad como escala que un vuelo directo. Es decir ir de A a X es más caro que hacer A-X-B por lo que nos conviene comprar esto último y bajar en la escala. Pero esto puede traer grandes inconvenientes.
Como viajeros buscadores de ofertas conocíamos esta situación. En la jerga se llama ciudad oculta o skiplagging. A muchas aerolíneas no le gusta esto pero en la práctica “nunca pasa nada”. Leímos cientos de casos de personas que lo hicieron sin problemas, incluso en muchos casos avisándole a la aerolínea.
En el caso nuestro no lo hicimos para obtener una ventaja, sino porque era la única opción disponible. Canjeamos millas por Smiles para ir por KLM a Hamburgo con escala en Ámsterdam, con la intención de quedarnos en esta última ciudad. No estaba la disponibilidad del vuelo directo. Para colmo, tiempo después de haber confirmado el pasaje, apareció el vuelo directo en Smiles y mucho más barato! Pero ya no podíamos cancelarlo sin costo.
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Llegado el día del vuelo, nos presentamos en los mostradores de KLM en Ezeiza y avisamos que queríamos bajar en la escala. Fue lo primero que dijimos al entregar los pasaportes, ni siquiera preguntamos hacia donde iba el equipaje. Ante esta situación, el empleado nos dijo que consultaría con un supervisor.
Al volver, su respuesta fue que eso no se podía hacer y que deberíamos contactar a la aerolínea para que nos haga un nuevo billete. Le explicamos que nos habíamos comunicado previo al viaje comentando esta situación y nos indicaron que lo avisemos en mostrador el día del vuelo que no habría problema. Entonces le dije si no podía mandar el equipaje a Ámsterdam que luego simplemente nosotros no abordaríamos el vuelo a Hamburgo que era recién al día siguiente de nuestra llegada.
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La realidad es que todos los días la gente pierde un vuelo por distintas circunstancias, bien podría pasar ahora. Su respuesta fue que la gente de la aerolínea podría sospechar y al hacer un seguimiento recaer sobre él. Bastante rebuscado la verdad.
Luego de un ida y vuelta me comenta que si perdemos un vuelo se nos caería toda la reserva y no podríamos tomar el vuelo de regreso. Ahí le indiqué que la vuelta la teníamos en otra reserva y con una aerolínea diferente. Eso pareció ablandar su exigencia y nos documentó el equipaje hasta Ámsterdam, previo aviso de que podríamos tener una multa por no presentarnos (no show) al siguiente vuelo. Dicha multa puede aplicarse la próxima vez que compremos un pasaje con KLM.
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Es verdad que como decíamos al principio hay compañías menos tolerantes con este asunto y que el pasajero debe estar al tanto de las condiciones. Pero no deja de ser injusto dada la enorme asimetría existente entre aerolíneas y pasajeros. Ellos pueden cambiar los vuelos a su antojo adelantando, retrasando o incluso cancelando. A veces por cuestiones ajenas pero en muchos casos por razones operativas y comerciales.
Nos ha pasado de sacar un vuelo en un cierto horario favorable a nosotros y que lo cancelen para reubicarnos en otro mucho más tarde. Así juntaron en un solo vuelo a los pasajeros de dos. Claramente beneficio comercial para la empresa y sin derecho a reclamo alguno para el pasajero más que un voucher por un sándwich y una bebida. Casos así hemos escuchado miles.
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La realidad es que si vamos a hacer esto de bajar en la escala, lo ideal es no despachar equipaje. Ahí simplemente al bajar del avión con nuestro carry-on nos vamos y se terminó el problema. Parece mentira pero ser sinceros puede ser un obstáculo, tal vez no decíamos nada y el equipaje no iba a destino final por lo que lo retirábamos en Ámsterdam y seguíamos nuestro camino.
Empezó torcido el viaje a Europa, fue un augurio de lo que vendría. No sería el único contratiempo que sufriríamos en el Viejo Continente.
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