Albert Heijn, tu supermercado amigo neerlandés

Una buena parte del viaje se la lleva la gastronomía y con ella los supermercados. Esos lugares que amamos recorrer en otros países para descubrir productos que nunca vimos. Podemos asegurar que si vas a Ámsterdam, es imposible que no entres a un Albert Heijn, la gran cadena de supermercados neerlandesa.

Fue fundada a fines del siglo XIX por (obviamente) Albert Heijn. Con los años fue adquiriendo y desprendiéndose de otras marcas. Hoy en día cuenta con casi 1000 tiendas en Países Bajos y 60 en Bélgica. Durante nuestros días en Ámsterdam vimos un montón de locales, tanto en su modalidad de supermercado como el concepto “to go”, más pequeño y sin cajeros humanos. Prácticamente no vimos otras cadenas, eso explica un poco porque cuentan con casi el 35% de participación de mercado.

Lo que nos gustó a nosotros como turistas es que tienen muchos productos listos para consumir. Frutas cortadas, ensaladas, platos listos y una gran variedad de comida congelada. Nuestro alojamiento contaba con microondas así que más de una cena provino de los Albert Heijn. También tienen un sector con productos locales, ideal para llevar de souvenir. Infaltables las stroopwafels.

Los precios son altos como en todo el país pero en líneas generales están por debajo de la competencia. Esto es información que leímos y no pudimos comprobar ya que no entramos a ningún supermercado de otra marca. Como les decíamos, prácticamente no vimos otra cadena durante nuestra estadía.

Párrafo aparte para los panificados de elaboración propia. Ya habíamos notado muy buena calidad en Aruba (país autónomo que forma parte del Reino de los Países Bajos). Por recomendación familiar fuimos en busca de un pan brioche que es la gloria misma. Escribo esto con alegría por recordarlo pero triste al mismo tiempo por no tenerlo acá.

pan brioche Albert Heijn

Preparan una gran variedad de productos por lo que también es una excelente opción para desayunar. Vimos que varias tiendas ofrecen por separado un sector con cafetería bastante económico. Una buena alternativa para tomar un café barato mientras seguimos caminando por tan hermosa ciudad.

Tienen un sector con ofertas como tres bowls de frutas cortadas a €5 o comidas por vencer a precios reducidos o incluso 2 x 1. Como muchos otros lugares, no dan bolsas de plástico así que lo mejor es llevar la propia o comprar una reutilizable de ellos en la línea de cajas.

Para el que le preocupa no hablar el idioma (igual todos hablan inglés), no hay necesidad de interactuar con nadie. Pasamos los productos por las máquinas autoservicio, pagamos ahí mismo con tarjeta (o con el celular más rápido todavía) y acto seguido nos brinda un ticket. Lo apoyamos en el lector a la salida y se abren las puertas. Así se resume la experiencia en Albert Heijn: un lugar simple, práctico y económico.

Sé el primero en comentar

Deja un comentario