
La planificación de un viaje es todo un trabajo. No solo hacer coordinar las fechas, vuelos, alojamientos sino también el día a día. Organizar bien que hacer en cada jornada nos ayudará a ahorrar mucho tiempo y aprovechar al máximo nuestra estadía. Por eso, es muy importante reservar ciertas atracciones que suelen ser muy concurridas para evitar lamentos.
Para tal fin es fundamental anticiparnos e ir investigando la demanda y procedimientos de venta de cada uno. Hoy en día casi todo puede hacerse online así que es cuestión de organizarse un poco.
Ejemplos hay muchos, pero vamos a hablar de algunas situaciones que nos pasaron a nosotros. El ascenso a la Estatua de la Libertad es algo que tiene cupos limitados. Uno puede acceder a la base pero pagando un plus es posible ascender a la corona. Parece gigante de lejos pero la realidad es que el espacio dentro es minúsculo y por ende la capacidad es baja.

Alguna vez contamos que en un viaje europeo nos quedó para el final Barcelona. Ya muy cansados y casi sin nafta cometimos algunos errores como no reservar con tiempo para entrar al Park Güell. Fuimos hasta allá lo más campantes y nos encontramos con una fila enorme… de gente con reserva. De ahí caminamos hasta la Sagrada Familia sin contar con entrada tampoco. Con cierto alivio vimos en la web que tenían disponibles pero solo con audioguía, que era un poco más caro. Lo pagamos y realmente valió la pena, le sumó mucho a la visita. Pero la verdad nos salió bien de suerte.

Una actividad con muchísima demanda es la casa de Anne Frank en Ámsterdam. En la web explican que todos los martes abren la venta para dentro de seis semanas. Lo hacen a las 10 AM hora local, lo que en nuestro país puede caer a las 5 de la mañana según el momento del año. Si no te despertaste a tiempo es posible que te quedes afuera o en el mejor de los casos consigas un horario incómodo.

Subir al Cristo Redentor es un caos de por si. Pero si a la improvisación brasileña le sumamos la nuestra, mucho peor. Contamos lo que fue nuestra experiencia con el ascenso a través del tren. No te vas a salvar de las filas, pero siendo precavido se puede ahorrar un buen tiempo.

Pero esto de reservar atracciones no es exclusividad de actividades extranjeras. En nuestro país hay ejemplos también, como la Casa de Té Arrayán. Hemos visto como llegaba gente sin reserva y solo podía esperar que se caiga una, sin certeza alguna.

Es algo que ocurre también con muchas excursiones en los fines de semana largos, donde los días son pocos y muy demandados. Tuvimos suerte de conseguir un cupo para el avistaje de ballenas en Puerto Madryn en octubre, temporada altísima de turismo y ballenas. El trabajo extra rinde sus frutos y puede evitar desilusiones.
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