En el fin de semana super largo de finales de marzo y principios de abril de 2024 salimos a las rutas bonaerenses. Fuimos un par de días a nuestra amada Mar del Plata y de ahí nos dirigimos a Balcarce para pasar otras dos noches.
Había ido de muy chico a conocer el museo del mejor automovilista de todos los tiempos: Juan Manuel Fangio. Nació allí en 1911 y su legado e historia se puede sentir en cada rincón de esta bella ciudad serrana.
Por supuesto que una visita por estos lares no puede estar completa sin ir al museo sobre su vida. Verdaderamente es de primerísimo nivel, no tiene nada que envidiarle a grandes museos del mundo que hemos visitado. Se merece un post dedicado.
De Mar del Plata son aproximadamente 70 km. por la ruta 226. Todo el tramo es en autovía y está en muy buen estado. A mitad de camino está Sierra de los Padres y también la laguna. Quisimos entrar a conocer pero una fila interminable de autos nos espantó así que solo compramos algunas verduras frescas de los miles de campos que hay por la zona.
Además del mencionado museo, la ciudad tiene un atractivo importante en el autódromo que como no podía ser de otra manera lleva el nombre de Juan Manuel Fangio. Actualmente no está operativo ya que en 2011 durante una carrera del TC perdió la vida el piloto Guido Falaschi. Se puede ingresar con el auto a dar unas vueltas abonando una entrada de $6.000. La velocidad máxima para circular es de 45 kmh. Se lo ve bastante abandonado, no obstante el asfalto está en buenas condiciones. Una pena ya que la vista es preciosa, al pie de las sierras.
Justamente, allí se ubica Sierra La Barrosa. Se puede acceder con el auto y luego hacer los senderos a pie donde encontraremos varios miradores. No lo hicimos ya que llegamos al autódromo con Nico dormido y pensábamos ir luego a la sierra pero seguía durmiendo. Lo mismo nos pasó con el cerro El Triunfo que se ubica sobre el núcleo urbano.
En esos días se celebraba el Festival en Familia en la plaza Libertad. Desde la tarde hasta la medianoche se desplegaban food trucks, juegos infantiles, un escenario con música y entretenimiento para toda la familia. Pasamos un buen rato con Nico saltando en los inflables y comiendo algo rico. No podíamos dejar de probar las papas fritas que seguro eran bien frescas ya que Balcarce es una ciudad papera por excelencia. De hecho el gigante multinacional McCain tiene su sede sobre la ruta 226.
Hablando de gastronomía, el famoso postre Balcarce tiene un lugar preponderante con su fiesta nacional incluida. Probamos el original en el local de Comoantes y nos encantó.
Recomendamos encarecidamente probar los colosales sándwiches de El Cruce, justamente en el cruce de las rutas 55 y 226. Gigantescos y con un sabor inigualable, bien frescos ya que los preparan y fetean en el momento.
Como buenos fanáticos de los alfajores sabíamos que los geniales Guolis son balcarceños. Cuentan con dos locales, uno de ellos sobre la ruta que tiene confitería y hermosas vistas.
Finalmente, seguimos una vez más el rastro del arquitecto Francisco Salamone. Su obra incluye la mencionada plaza Libertad (la más grande de la provincia de Buenos Aires), el cementerio, una escuela y el matadero, devenido ahora en centro cultural que cuando lo visitamos estaba cerrado.
Sin dudas que Balcarce merece unos días para disfrutarla al ritmo tranquilo de sus calles.
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