Llegó uno de los días esperados del viaje. Nos toca embarcarnos a una de las aventuras típicas en El Calafate: la excursión Todo Glaciares. ¿Nos acompañan?
Vamos de a poco, porque tenemos mucho para contarles. Para empezar, hablemos de lo más doloroso: el precio. Lamentablemente es una excursión MUY cara. Como casi todo en este destino. Y es tan cara que dudábamos en hacerla. Bueno, por suerte tomamos la decisión correcta. Aprovechamos las 12 cuotas con interés, pero que en este país se diluirán rápido. Y también, que los menores de 5 años no abonan. Algo es algo.
Lo cierto es que llegado el día señalado, nos subimos al auto que alquilamos rumbo a Puerto Punta Bandera, el punto de partida de esta excursión. Desde El Calafate son unos 40 km que se disfrutan con vistas del lago Argentino y de la cordillera de los Andes que empieza a asomar de a poco.
Ya en el puerto, hicimos la fila para abonar nuestra entrada al Parque Nacional Los Glaciares. La entrada puede adquirirse online, pero de cualquier manera deberán hacer la fila para validarla. Luego, en otro punto de la fila, les pedirán el QR que recibieron al adquirir la excursión y les dirán a qué muelle dirigirse.
El barco estaba a full. No entraba, literalmente, ni un alfiler. Antes de iniciar la navegación, ocurrió lo que sabíamos que ocurriría: promocionaron el servicio de fotografía a bordo que para los argentinos (la minoría del barco) era imposible y para los extranjeros, no tanto.
Luego de un rato de navegación, comenzaron a aparecer los primeros témpanos. Son desprendimientos del glaciar Upsala, el cual visualizamos de lejos porque no es seguro acercarse a él. El Upsala es un glaciar que lamentablemente está retrocediendo y a pasos agigantados.
Un rato después, nos encontrábamos, y esta vez bien cerca, con el maravilloso glaciar Spegazzini. Con sus paredes de más de 140 metros, la gran estrella de la excursión Todo Glaciares nos dejó maravillados. No podés dejar de mirarlo ni de sacarle fotos. Este es el momento en que empezamos a caer en la gran decisión que tomamos al hacer esta excursión.
Apenas unos minutos después, bajábamos a tierra firme. En un día donde llovía y paraba de a ratos, valoramos la existencia del hermoso Refugio Spegazzini. Amplio, cómodo, con excelentes servicios: microondas, horno, pava eléctrica para calentar agua para el mate, baños impecables, gastronomía.
Respecto del almuerzo, algo importante. Nosotros llevamos nuestra comida para todo el día. Como se imaginarán, encontrarán precios altos tanto en el barco como en el refugio. Asimismo, esta excursión también puede adquirirse con el almuerzo incluido. Es la versión “Gourmet”. Como les decíamos, en el refugio hay microondas libres para calentar así que pueden ir más que preparados con su almuerzo propio.
Ya saliendo del refugio y con miras a volver al barco, que zarparía 14.30 nuevamente hacia Puerto Bandera, aprovechamos a recorrer el resto de la base Spegazzini. Hay tres estaciones donde nos pudimos refugiar de la lluvia y aprender más sobre los glaciares.
Otro punto alto es este mirador. ¡Bellísimo! Una pena que el día no estaba tan lindo porque esos sillones para tomar unos mates viendo el Spegazzini son un golazo. Aunque seguramente nos íbamos a pelear por ellos con el resto del barco.
Durante el viaje de regreso aprovechamos a hablar mucho con una familia mexicana con la que compartimos mesa. Los hicimos probar el mate y todo. Un gran intercambio y otro gran recuerdo que nos llevamos de este día.
Alrededor de las 16 hs ya estábamos nuevamente en Puerto Punta Bandera. Tras unas 7 horas, finalizaba esta inolvidable excursión Todo Glaciares. De las mejores que hemos hecho en el país. Vale la pena al 100%. Apreciar la inmensidad de nuestro lago Argentino, de nuestro Parque Nacional Los Glaciares, ver esas moles de hielo… no tiene precio, realmente.
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