Estuvimos un día en la serena y poco ajetreada Milwaukee a la que llegamos en un tren Amtrak desde Chicago. El tiempo en destino demandaba que deberíamos almorzar en la ciudad. Tras una breve búsqueda en Google Maps, definimos rápidamente donde saciaríamos nuestro apetito: en el Milwaukee Public Market.
Siempre que podemos visitamos los mercados de las ciudades. Tenemos post de varios de ellos. Suelen ser lugares con mucha historia que se han ido reconvirtiendo para adaptarse a las nuevas modalidades de hacer turismo. En muchos casos se mezcla lo local con lo netamente turístico, dando lugar a propuestas más que interesantes.
El Milwaukee Public Market se ubica a pocas cuadras de la estación Intermodal (trenes y autobuses). Por lo que desde ahí fuimos caminando, cruzando el río Milwaukee en un puente que al finalizar nos da la bienvenida al Third Ward. Es un vecindario histórico que fue revitalizado con la llegada de tiendas, restaurantes, espacios culturales y artísticos.
Nos lamentamos mucho no haber tomado el tranvía gratuito que pasa a metros de la estación y tiene una parada en el mercado. Sabíamos de su existencia, nos encantan los trenes/tranvías/subtes pero así y todo se nos pasó por alto.
El predio tiene dos pisos, no es muy grande. Cuenta con estacionamiento propio para quienes llegan en auto. En planta baja están todos los locales gastronómicos, con una variada oferta. Hay bastante cocina étnica. En el piso superior se ubican varias mesas y sillas para sentarse a comer, además de los baños. Pudimos usar el ascensor, que nos vino genial ya que estábamos con el cochecito.
Nos costó un poco decidir que comer. En videos que fuimos mirando antes del viaje nos llamaron la atención los cheese curds, unos cubitos de queso frito.
Obviamente fuimos por ellos pero no nos iba a alcanzar así que en un lugar contiguo de parrilla (o BBQ como le dicen los locales) encontramos la solución. Un sándwich de brisket, un corte de carne muy popular en Estados Unidos que habían probado unos familiares recientemente y entonces nos lo recomendaron. Gran decisión.
Hay muchas opciones: una pescadería enorme al final del pasillo, pizzería, comida vegetariana, mexicana, asiática, árabe, cafeterías, tiendas con cosas dulces y por supuesto no puede faltar la cerveza en la ciudad cervecera por excelencia. Tienen un camión afuera, junto al estacionamiento, con varias canillas para todos los gustos.
Un muy lindo mercado, con variedad y buenos productos. Además nos sirvió de refugio para la lluvia que nos acompañó durante todo el día en Milwaukee.
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