Puerto Madryn es sinónimo de ballenas. Una visita a la ciudad obligatoriamente incluye ver a estos hermosos mamíferos en su hábitat natural (siempre que vayamos en la temporada correcta para tal fin). Además de la clásica excursión de avistaje embarcado, hay una opción mucho más económica y es visitando El Doradillo para apreciarlas desde la playa.
Investigando un poco sobre el mejor lugar para ver a las ballenas terminamos conociendo la existencia de playa Las Canteras, que forma parte del ANP (Área Natural Protegida) El Doradillo. Así que hacía allí fuimos directamente.
Hay varias playas dentro del ANP, al cual se accede por la ruta 42 que es de ripio y está siendo pavimentada (obras iniciadas en 2023). Normalmente son unos 15 km desde Puerto Madryn pero debido a las obras tenemos que dar toda una vuelta para acceder, totalizando 60 km. Debemos salir de Madryn por el norte tomando la ruta 1, luego la 2 con destino a Peninsula Valdés para finalmente agarrar la 42 pero en su otro extremo. Se estima que en 2025 va a estar finalizado el asfalto, son 12 km desde el Parque Industrial hasta pasando playa Las Canteras.
Es casi indispensable contar con movilidad propia para hacer el trayecto ya que no llega ningún transporte público, ni antes de las tareas de pavimentación ni ahora. Un aspecto muy negativo de Madryn que tratamos en este otro post. Hay excursiones que nos llevan y también está la opción de un taxi con espera, doy por descontado que los costos deben ser altísimos con el trayecto actual que implica 120 km entre ida y vuelta.
Lo que nos pasó en El Doradillo fue que vimos a las ballenas pero no tan cerca como esperábamos. Sin dudas es una cuestión de expectativas que tiene cada uno. Lo ideal es acercarse en el momento de la pleamar (es decir, marea alta), así estarán próximas a la playa y podremos verlas más cerca. Ese dato se obtiene de internet o bien por whatsapp a la oficina de turismo que lo brindan amablemente.
Estuvimos un largo rato contemplando el mar y disfrutando de la paz del lugar. Nico se puso a jugar con las piedritas en la playa y nosotros simplemente nos relajamos. No habremos visto tantas ballenas ni tan cerca pero sin dudas nos desconectamos un poco del día a día.
Tener en cuenta que no hay nada, debemos llevar comida y bebida por nuestra cuenta (y traernos de nuevo los residuos obviamente). En el camino nos encontramos con algunos miradores y también carteles informativos sobre la flora y fauna del lugar.
Es una buena opción para hacer el primer acercamiento a las ballenas, antes de hacer el avistaje embarcados. Así hicimos nosotros, al día siguiente nos dirigimos a Península Valdés para verlas bien cerca. Pero eso quedará para otro post.
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