Para nuestro viaje a Chicago teníamos que hacer conexión con un vuelo en el aeropuerto JFK de Nueva York. En principio teníamos tiempo de sobra pero luego de una reprogramación que hizo American Airlines nos quedó una escala corta: una hora y media. Si bien en caso de no llegar al otro vuelo la aerolínea nos reubica en el siguiente (siempre que sea todo en la misma reserva), queríamos evitar las demoras.
Ese tiempo en otros países no sería mayor problema, pero en Estados Unidos el término de estar “en transito” no existe. Siempre se ingresa al país, por lo que hay que hacer migraciones, redespachar el equipaje y hacer seguridad nuevamente.
Respondiendo al título del post, se puede hacer pero vamos a correr mucho. También depende del aeropuerto donde tendremos la escala corta, el JFK es un quilombo lío y las filas se hacen eternas. Para ganar tiempo decidimos no despachar equipaje. Si bien hay cintas especiales para que redespachen quienes están en conexión, preferimos ahorrarnos ese paso.
En Ezeiza le consultamos al empleado de American que nos hizo el check-in si había alguna fila especial para los que están en conexión ya sea en seguridad y/o migraciones y nos informó que hay personal de la aerolínea esperando a esos pasajeros para ayudarlos en el proceso. Efectivamente así fue que al bajar del avión pasaban preguntando quienes estaban en conexión. Al decir nuestros nombres nos dio nuestros boarding que ya tenía impresos junto con un papel naranja con la leyenda “express connection”.
Tener ese papel visible en todo momento agilizará nuestros movimientos en el aeropuerto. Instantáneamente salimos de la fila inmensa que se formó en la manga misma (les dije que JFK era un quilombo) para ir adelante de todo a hacer migraciones en un lugar especial para portadores del express connection. Con toda la gente que había esperando yo creo que tranquilamente se nos iba más de una hora y media solo allí.
Luego de eso otra empleada nos guió para avanzar en el control de seguridad y al ver la puerta de embarque de nuestro boarding nos indicó para donde teníamos que ir. Lo hizo con cara de preocupación y pidiendo que corramos lo que nos hizo poner nerviosos. Para colmo la fila no avanzaba porque la máquina se había trabado y luego nos hicieron un control especial por el agua de Nico. Comprobaron que no era material radiactivo ni explosivo y nos dejaron ir. Eso si, los remedios que llevábamos con colores raros y superando el límite de líquidos pasaron sin problemas.
Faltaban minutos para el vuelo y atravesamos el aeropuerto a las corridas. Al llegar a nuestra puerta recién había empezado el embarque así que nos relajamos y esperamos nuestro turno. El siguiente vuelo a Chicago era recién en cinco horas que no queríamos sumar a nuestro trajín (veníamos de poco más de diez desde Ezeiza).
Lo fundamental en caso de comprar con escala corta en Estados Unidos es que sea la misma reserva y preferentemente la misma aerolínea. Primero porque no tendríamos que cambiar de terminal. Ellos no tienen separadas las terminales por nacional o internacional sino que es por aerolíneas/alianzas. Además contaremos con la ayuda de los empleados para facilitarnos las cosas.
En mi caso vuelos con menos de dos horas de conexión no sacaría (menos en JFK). Con tres horas estaría más tranquilo. Al regreso si uno toma un vuelo interno para luego salir del país no sería mucho problema tener escala corta porque no se hace migraciones de salida en Estados Unidos. Las valijas van directamente al destino final y de hecho tampoco se hace seguridad en el segundo aeropuerto, simplemente nos bajamos del avión y vamos a la puerta que nos toca para el siguiente vuelo.
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