En la investigación previa que hacemos ante cada viaje un tema fundamental fue el desplazamiento en la ciudad. Afortunadamente hay varias opciones que hacen sencillo moverse entre distintos puntos. Estuvimos ocho noches y nos manejamos todos los días con el eficiente transporte público de Chicago.
El medio de transporte más popular es el tren elevado, más conocido como L. Tiene varias líneas que llegan a muchas partes de la ciudad, diferenciadas con colores. Las estaciones están por encima de las calles y le da un encanto particular. La gran mayoría de ellas cuentan con ascensores (los usamos mucho con Nico y su cochecito).
No solo es fácil tomar las diferentes opciones de movilidad que ofrece la Chicago Transit Authority (CTA) sino también la forma de pago. Es posible pagar con tarjetas contactless, sacar pases (diarios, semanales), adquirir una tarjeta y cargarla e incluso la aplicación de esa misma tarjeta desde el celular.
Nosotros fuimos decididos a usar el pase de 7 días que vale U$S 20. Para eso hay que comprar una tarjeta llamada Ventra que cuesta U$S 5. Si luego registramos esa tarjeta en la web obtenemos esos 5 dólares en crédito. Conviene mucho ya que cada boleto del tren elevado cuesta 2,50. Nuestro alojamiento se encontraba a unos 15/20 minutos del centro así que siempre debíamos tomar un tren para la ida y otro para la vuelta por lo que el gasto ascendía a 5 dólares por día. El pase se recontra amortizaba.
Ya sea que lleguen a Chicago por el aeropuerto de O’Hare (el más grande) o el secundario llamado Midway, van a tener estación de tren en ambos. Nosotros aterrizamos en O’Hare y fue imposible comprar la tarjeta Ventra, tiraba error en todas las máquinas pero no decía cual era el problema. Terminamos comprendiendo que no tenían tarjetas. Entonces sacamos el pase de un día por 5 dólares, convenía eso porque desde ese aeropuerto el ticket tiene un suplemento que lo hace valer justamente 5 dólares. Las máquinas aceptan tanto efectivo como tarjetas.
Lo bueno que los pases tienen duración por horas. Es decir, uno de un día lo sacás un sábado a las 13 horas y te sirve hasta el domingo a las 13. Así fue que lo pudimos usar al día siguiente a la mañana sin problemas y recién por la tarde sacamos el pase de 7 días y registramos la tarjeta Ventra para convertir el dinero de su costo a crédito de viaje.
Con las tarjetas contactless supuestamente detecta la cantidad de viajes realizados y aplica los topes de los pases, pero no estaba convencido si haría lo mismo con el de una semana así que directamente fui a lo seguro con la tarjeta Ventra. Niños menores de 7 años no pagan boleto de transporte público en Chicago. De 7 a 12 pagan tarifa reducida si van con adulto. Acá en su web oficial toda la info de pases y valores.
En otra ocasión tomamos un colectivo (o autobús como le dice Nico) para ir al Navy Pier. Las paradas están muy bien señalizadas, la mayoría con pantallas que indican que líneas pasan y el tiempo estimado para que llegue el próximo. El pasaje vale U$S 2,25 y está incluido en los pases al igual que los buses PACE (interurbanos). Lo que no incluye son los trenes Metra que son los de cercanías.
Otra buena opción (que no usamos) del transporte público en Chicago son las bicicletas Divvy. El sistema es similar al de varias ciudades del mundo con puntos donde se estacionan las bicis y las desbloqueamos con la app para usarlas a gusto y devolverlas en otra estación. Tienen un costo de sólo un dólar la primera media hora y luego cobra por minuto. Hay por todos lados, tanto bicis “normales” como eléctricas. También vimos scooters.
Finalmente para tomar el vuelo de regreso usamos Lyft. Además de ya tener vencidos los pases de transporte público, estábamos cargados y era la opción más cómoda. Uber también funciona pero siempre estaba más caro. Además con Lyft aprovechamos un código de descuento que ellos mismos proveen en la página y ahorramos U$S 10.
Del tren Amtrak que tomamos con rumbo a Milwaukee hablaremos en otro post…
Deja un comentario