
Llegamos de Chicago. Y qué decirles: la ciudad del viento nos voló la cabeza. Con eso ya les anticipamos bastante acerca de nuestra experiencia allí. Intentaremos plasmar esta aventura lo mejor posible. Saldrán muchas entradas sobre este viaje. Habrá muchos tips. Verán muchas fotos. Téngannos paciencia: hablaremos largo y tendido sobre Chicago en el blog.
Fueron ocho noches que nos calaron hondo. Chicago sació nuestras expectativas y nos dio incluso más. Nos fascinó su riverwalk. El río Chicago y sus brazos atraviesan la ciudad dejando postales imborrables. Pero Chicago, además, está abrazada por el lago Michigan. Por lo tanto, el agua es parte esencial de su paisaje. La arquitectura nos dejó mirando hacia arriba a cada rato. Su prolijidad y orden nos sorprendió.

En este post les anticipamos que llegamos con un vuelo de American Airlines desde Nueva York. Nos movimos en metro hacia el alojamiento, ya que estaba ubicado a unos 20 minutos del Loop de Chicago, la zona neurálgica donde se levantan las moles de cemento. Conseguimos este alojamiento a través de Airbnb y fue muy especial: se encontraba en un sótano. Estuvimos muy cómodos y fue perfecto para nuestra estadía.
El primer día entero en la ciudad del viento fue el domingo 24 de septiembre. Arrancamos con el maravilloso tour arquitectónico desde el agua, una gran forma de ir conociendo la ciudad. Fue en español y nos dio mucha información valiosa sobre la arquitectura y la historia de Chicago, que empezó a llenarse de rascacielos tras una tragedia: el incendio de 1871 que destruyó un tercio de la ciudad.

Luego le llegó el turno a la recorrida por Millennium Park, que Nico disfrutó en más de una oportunidad en este viaje; así como disfrutó del Chicago Children’s Museum, de Oak Street Beach y hasta de los lugares más inesperados como el Museo Harley-Davidson. Si, metimos una escapada a Milwaukee en medio de este viaje, además.
También nos deleitamos recorriendo edificios maravillosos de la ciudad, como Union Station, el Chicago Cultural Center o el Rookery Building. Visitamos estadios emblemáticos, como el United Center y el Wrigley Field. Caminamos por la Magnificent Mile e incluso visitamos el Museo de la Reserva Federal de Chicago. Un viaje que abarcó de todo.

No faltó espacio para la comida: a las clásicas cadenas que nos gustan, no podía faltar la visita a Giordano’s para comer la famosísima deep dish pizza. En consecuencia, tendrá su reseña junto a otras comidas en el Rincón Glotón dedicado a Chicago.

Una gran entrada estará dedicada a Skydeck, el mirador de la Willis Tower, la más alta de la ciudad. Su balcón vidriado que sobresale del edificio, The Ledge, te deja suspendido a 400 metros de altura. Sin dudas, otra de las experiencias alucinantes vividas en Chicago. Para subirnos esta atracción, así como el Big Bus (nuestro debut en uno de ellos, en esta ciudad) y el tour arquitectónico, compramos la tarjeta Chicago Explorer Pass de tres atracciones. Nos permitió ahorrar unos cuantos dólares.

Habrá mucho sobre la ciudad del viento. Pueden seguir este viaje en nuestras historias destacadas de instagram sobre Chicago, que nos ayudan a revivir un viaje inolvidable así como lo reviviremos en cada post de este blog.
Deja un comentario