Si nos siguen desde hace tiempo sabrán que el deporte es también parte importante de nuestros viajes. En este blog encontrarán entradas sobre visitas guiadas que realizamos a verdaderos templos, como el Bernabéu, el Madison Square Garden, Twickenham o Wimbledon. A nuestra lista ahora se suma el tour por el estadio Mario Filho, o mejor conocido como Maracaná.
El Maracaná se nos había hecho esquivo. Habíamos estado en Río de Janeiro dos veces. En 2012, el estadio estaba en remodelación por la proximidad del Mundial 2014 y no pudimos entrar a visitarlo. En 2016 volvimos a la Cidade Maravilhosa con motivo de los Juegos Olímpicos y en esa oportunidad tampoco pudimos visitarlo. La tercera fue, finalmente, la vencida.
Llegar al Maracaná es muy sencillo. El metro te deja frente al estadio, más fácil, imposible. Compramos la entrada del tour ahí mismo (costó 66 reales por persona, Nico no pagó) y al ratito estábamos iniciando el recorrido, que es mayormente autoguiado aunque hay personas que dan una breve charla (incluso en español) para orientarnos acerca de la visita.
Ah, algo importante. Antes de iniciar el recorrido nos sacaron unas fotos y no pudimos resistirnos a comprarlas ¡Levantamos la Copa del Mundo! Como debe ser :).
Iniciado el recorrido nos encontramos con una especie de museo, donde hay desde pelotas antiquísimas, objetos de los dos mundiales organizados por Brasil (imagínense que tampoco es una gran oda a esos mundiales, porque no los ganaron jeje) y especialmente casacas y el recuerdo de los grandes cracks del fútbol brasileño. Garrincha, Pelé, Ronaldinho, entre otros, tienen su merecido homenaje aquí.
Luego se accede a la zona mixta y de vestuarios. Fue muy interesante saber que hay cuatro vestuarios, dos de ellos utilizados asiduamente por Flamengo y Fluminense que hacen de locales aquí. Es importante que chequeen si hay partidos el día en que pretenden visitar el estadio, pues los recorridos desde ya se limitan. Nosotros no sabíamos que Vasco da Gama también hizo de local ese finde y se suspendieron las visitas durante todo el día.
Y por último accedimos al momento más esperado, el de pisar el campo de juego. Una emoción inmensa porque llegamos como Campeones del Mundo y además porque ganamos allí la Copa América en 2021. Pero además porque es imposible no emocionarse al pisar semejante templo del fútbol. Se imaginarán además que en mi caso fue especial porque soy hincha de Independiente y allí dimos la vuelta olímpica dos veces, en 1995 y 2017.
Te podés sentar en las butacas, en los bancos de suplentes y sacarse fotos en el césped, pero sin sobrepasar las líneas del campo de juego.
Además de las fotos, que obvio te sacan pero es opcional adquirirlas, también hay packs de penales que podés patear, algunos de ellos además incluyen una pelota y una medalla. Los costos arrancaban en 100 reales.
La visita se puede hacer tranqui, sin apuro. No hay tiempo de finalización, es algo similar a la que hicimos en el Bernabéu. Pero calculen que estarán, al menos, una hora en el mítico estadio.
Cumplimos con el Maracaná. Sumamos este templo a nuestra lista y aunque no lo crean, es el primer estadio de fútbol que conoció Nico. Tremendo debut.
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