Dando de baja una tarjeta American Express directa

Hace poco escribimos acerca de las tarjetas y los beneficios que dan respecto a los costos. Por supuesto que haciendo hincapie en lo relacionado a viajes. En su momento American Express supo dar lindas satisfacciones viajeras a sus clientes, pero en sintonía con el recorte de beneficios de sus competidoras, ya no resulta tan atractiva como antes.

Las American directas (es decir, las que no están vinculadas a ningún banco) tienen ciertas particularidades. No tenemos gastos mensuales de mantenimiento sino que se paga una membresía anual.

En 2019 saqué una Amex de AR Plus por una excelente promoción donde de acuerdo a los gastos realizados en los primeros 90 días obteníamos cierta cantidad de millas. Año tras año la fui renovando, siempre llamando para ver que incentivo me ofrecían para retenerme como cliente. En 2020 con la pandemia me dejaron la tarjeta de manera gratuita otros doce meses.

Ya en 2021 la mejor oferta fue pagar una tercera parte del valor, dividido en nueve cuotas. En 2022 el beneficio fueron unas 25.000 millas con la condición de pagar la totalidad del costo de la membresía nuevamente en nueve cuotas. Me cerró ya que con esas millas (y un poquito más) sacamos tres pasajes para San Martín de los Andes. Si lo quería comprar, solamente pagaba uno con el dinero que me salía renovar la tarjeta, en cuotas y manteniendo los beneficios que otorga por otro año.

Llegado 2023 ya los precios se habían disparado. El valor de la renovación era poco más del triple al pagado en 2022, lo que no resistía ningún análisis ya sea comparando con dólar, inflación o lo que quieras en el mismo periodo. Además, los límites de compra iban quedando cada vez más bajos debido a que la velocidad que tenían para aumentar los costos no era la misma que para “subir” los límites. Pongo entre comillas ya que ampliarlos no implica un aumento sino un mantenimiento del poder adquisitivo, ni eso era.

Las ofertas de retención tampoco fueron buenas. Pagar la tercera parte en un pago o la totalidad en seis y el plus de 27.000 millas. Nada tentador, además de la quita de beneficios, el estancamiento de los límites y la nula actualización de topes de devolución en las promociones. Así las cosas, decidí dar de baja la American Express AR Plus tras cuatro años.

Quien tiene o tuvo Amex sabe que algo positivo de la compañía es que llamas y te atienden enseguida. El trato es muy bueno y cordial (por momentos exagerado), pero al mismo tiempo no brindan muchas soluciones. Lo curioso fue que inmediatamente después de confirmar la baja, el tono de mi interlocutora cambió bruscamente a uno frío e impaciente.

No quedó ahí la cosa, al entrar a mi usuario de Amex, ya no podía ver los gastos que tenía en curso. Los débitos que estaban adheridos a la tarjeta vendrían rechazados (de hecho uno vino así ya que no me tomó el cambio a tiempo). Tampoco te mandan un resumen final para saber cuanto tenes que pagar, que es lo que te cobran y que día vence. Tuve que llamar y preguntar eso y también que me dieran el detalle de los consumos, algo que habían prometido enviarlo por mail y jamás lo hicieron.

No es que se termina el resumen en curso y se procede a la baja, en American Express se corta en el mismo llamado telefónico. A tenerlo en cuenta si estamos decididos a hacerlo, ya ir quitando todos los débitos de antemano y tomar nota de los gastos restantes.

Muchas veces uno por costumbre mantiene un producto que le está generando más pérdidas que ganancias, por eso este post. Hay que hacer cuentas siempre, para todo. Ojalá en un futuro la relación costo-beneficio vuelva a ser favorable al cliente.

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