Si nos siguen en Instagram habrán visto que pasamos un finde en la capital de la provincia de Buenos Aires. Fieles a nuestro estilo de turistear cerca de casa, aprovechamos la visita a la ciudad de La Plata para recorrer algunos de sus atractivos. Uno de ellos es la Catedral. Para mí, un planazo porque reúne mucho en un sólo lugar: historia, arquitectura, vistas panorámicas e incluso gastronomía.
Ubicada frente a Plaza Moreno (justamente, nos hospedamos a metros, en el Dazzler La Plata), la Catedral domina todo. La piedra fundacional la puso Dardo Rocha, el fundador de la ciudad de las diagonales, cuyos restos descansan en la cripta de la basílica. La iglesia se terminó definitivamente en 1999, lo cual explica la existencia de elementos modernos como el ascensor dentro de la torre de Jesús.
Toda la historia de la construcción está perfectamente explicada en el museo de la Catedral. ¿Cómo se accede? A los laterales hay dos ingresos. Lo primero que van a encontrar es una muy linda cafetería, una sorpresa que sin dudas enriquece la experiencia. Desde allí se accede a una tienda de regalos y en la caja se adquiere la entrada al museo y mirador, cuyo valor era de $400 por persona cuando fuimos.
Como llegamos antes de la hora de inicio del funcionamiento del ascensor (11 hs), aprovechamos y recorrimos el museo. Es allí en las entrañas de la Catedral donde podemos ver la historia de la construcción, algunos elementos utilizados y la simbología de las esculturas. Me sorprendió mucho ver que el nacimiento de Jesús, en la fachada de la Catedral, está representado en clave argentina, con José vestido de gaucho, María de paisana y los Reyes Magos llegando en balsa por el Río de la Plata. Me pareció algo hermoso.
El plus lo ofrece la audioguía. Nosotros no la utilizamos porque estábamos vigilando a Nico y se nos dificultaba escucharla, pero es muy simple. Desde el celu hay que ingresar a la página oficial de la Catedral y allí pueden encontrarla. Siguiendo los números de cada exposición, es imposible perderse.
Mientras tanto, encima nuestro se estaba dando la misa matutina del domingo que resonaba en el sector del museo. No ingresamos al interior en sí de la iglesia, ni vimos el altar. Eso es lo loco de nuestra visita y puede que nos haya quedado incompleta, pero en cierta forma no queríamos molestar mientras se ofrecía la misa.
Llegada ya la hora para el ascenso, empezamos a subir por la torre de Jesús. El primer nivel llega a los 42 metros, donde hacemos una parada para disfrutar las vistas, y luego volvemos a subir al ascensor hasta los 63 metros. En los dos niveles hay carteles explicativos de la historia de la ciudad, su diseño y paisajismo.
Realmente un 10 la visita a la Catedral platense. De esas cosas que quienes vivimos en el conurbano tenemos a minutos y no siempre aprovechamos para disfrutar. Nos obnubilamos por las cosas de afuera y desconocemos las maravillas que tenemos cerca. Una vez más, sólo es cuestión de mirar más hacia adentro.
Si quieren ver más sobre la visita, les dejamos este reel que publicamos en nuestra cuenta de Instagram.
Deja un comentario