El viaje por la costa oeste de Estados Unidos nos sigue dando muchísimo para escribir. Algo que por momentos seguimos sin poder creer fue que estuvimos en Las Vegas y pasamos una noche en el increíble hotel Bellagio. Y más inverosímil resulta que esa estadía fue prácticamente gratis.
Este hotel (como todos) tiene precios que varían según el día y la época del año. A groso modo podemos decir que ronda los U$S 250 la noche en promedio y que se paga siempre un cargo fijo de U$S 45 correspondiente al resort fee. Ya explicamos en distintos post como fue que gracias a un juego online nos alojamos solamente pagando el resort fee.
Llegamos desde Los Ángeles en auto, impactados por ver semejante ciudad levantada en medio del desierto. Imposible no divisar la majestuosa mole del Bellagio desde la autopista. Recién ahí tomábamos dimensión de lo gigantescos que son los hoteles en Las Vegas.
Siguiendo los carteles nos adentramos en su enorme estacionamiento. En este, como en la gran mayoría de los hoteles del Strip, el estacionamiento es pago pero tiene una hora de tolerancia. Había tomado nota de eso y de los pocos que quedan con parking gratuito. Sin embargo ese día estaba bastante cansado del viaje y me abrumaba la idea de sacar el auto de ahí y meterlo en otro lado con el loquero que era el Strip. Así que me resigné a dejarlo y pagar los U$S 15 que vale el día. Me consolé recordando que la noche que iba a pasar allí me salió casi regalada.
Desde ahí se ingresa directo al hotel (luego descubriría que tiene cientos de accesos). Llegando al lobby otra vez quedamos impactados: obras de arte por doquier y una arquitectura que te hacía sentir dentro de un palacio. El mostrador de check in era gigantesco con 10 personas atendiendo. Incluso se podía hacer online o en las maquinas de self check in ahí mismo. Lo hice a la vieja usanza para cerciorarme que esté todo ok y preguntar por el tema del estacionamiento. Cargan el costo directamente a la cuenta de la habitación y con la misma tarjeta/llave podés entrar y salir.
Es tan grande el Bellagio que tiene distintas torres con ascensores, la empleada nos indicó como llegar a la que correspondía a nuestra habitación en el piso 25. Junto al acceso a los ascensores había dispenser gratuito de barbijos, en ese momento le quedaban dos días a la obligatoriedad de su uso en los casinos.
El lujo nos acompaña en todo momento, alfombras impecables por todos lados, metales brillando en puertas, una limpieza señorial en cada rincón del hotel. La habitación era grande con una cama king, un sillón muy mullido y una tele que incluso tenía contenido propio del hotel. El frigobar venía equipado pero hubo que poner obstáculos para que Nico no toque ya que detectaba si algo era movido y lo cargaban directo a la cuenta.
El baño era todavía más grande, equipado con varios amenities, disponíamos de batas y mil toallas por persona. El sector de la ducha era realmente enorme, Nico estaba maravillado.
También se puso a jugar con la botonera para las cortinas. Hay una normal y otra tipo blackout para regular la entrada de luz. Había un dispositivo que en nuestros tiempos le diríamos reloj despertador pero este era más moderno. No lo investigamos mucho la verdad. Tenía tomas para iPod y iPhone, se podía cargar USB, etc.
Al rato bajamos para disfrutar el espectáculo de aguas danzantes. Se trata de más de 1.200 chorros que se mueven al ritmo de la música. Desde las 15 hasta las 20 se hace cada media hora y de las 20 hasta la medianoche la frecuencia es de 15 minutos. Es libre y gratuito, no hace falta alojarse en el hotel para verlo. De hecho cualquier persona puede entrar y hacer uso de sus instalaciones (recordemos que hay casino) pero no podrán acceder a las habitaciones ya que necesitan las tarjetas que solo los huéspedes tienen.
Los servicios que ofrece el Bellagio son infinitos. Van desde los clásicos pileta y spa hasta otros más exclusivos como servicio de bodas. En mi caso necesitaba usar una computadora y te cobraban por minuto cual cybercafé de los 2000.
En estos complejos casi nunca está incluido el desayuno y suele ser muy caro pagarlo aparte. De todas maneras todos tienen patios de comidas o su propio buffet. Así que por la mañana dimos una vuelta por el hotel antes de hacer el check out para seguir recorriendo esa maravillosa y espectacular ciudad llamada Las Vegas.
Deja un comentario