Solvang, una aldea danesa en California

Si algo le faltaba a la espectacular ruta interestatal 1, la cual describimos en varios posteos, era encontrarse en ella a un pedacito de Dinamarca. Solvang nos enamoró y nos mostró lo versátil que puede ser el estado dorado, California.

En la entrada anterior sobre este increíble viaje que hicimos por la Costa Oeste de EE.UU. hablamos de San Luis Obispo. Luego de dejar la ciudad pasamos un ratito por Pismo Beach y la siguiente parada, tras hacer unos cuantos kilómetros, fue Solvang. Ubicada ya en el condado de Santa Bárbara, Solvang tiene algo más de 5000 habitantes, hoteles encantadores, muchos pero muchos locales de pastelería y un sol que raja la tierra. Como Dinamarca, pero con un clima más amigable.

solvang

Costó estacionar. Era sábado y el pueblo estaba estallado de turistas. Dejamos la camioneta y empezamos a caminar por Solvang sin mucho rumbo. Sólo teníamos uno de esos datazos que hay que compartir: ir por los aebleskivers. Pero ya vamos a llegar a eso.

La arquitectura nos empezaba a sorprender. No conocemos Dinamarca, pero se ve muy parecida a las fotos. Nada, salvo el sol y el calor del mediodía que ya empezaba a picar, nos hacía sospechar que estábamos en California. Nos habíamos metido en un cuento de Hans Christian Andersen que, por supuesto, es homenajeado en Solvang así como su famoso cuento La Sirenita. Van a encontrar la réplica de la estatua de Copenhague de la Sirenita en la esquina de Alisal Rd y Mission Drive, justo enfrente del museo sobre la vida del escritor.

solvang california

Entre molinos y cervecerias, deseando algún día hospedarnos en los alojamientos encantadores de Solvang, llegamos finalmente a Solvang Restaurant. La fila no mentía: había que probar los aebleskivers. ¿Pero qué son? Son algo parecido a lo que en Argentina conocemos como bolas de fraile, pero espolvoreadas con azúcar impalpable y jalea de frambuesa. La fila para comprarlas fue algo tediosa pero valió la pena. Nos dieron 3 unidades por un módico precio (unos 3 o 4 dólares si mal no recuerdo) y la verdad estaban muy buenos.

aebleskivers
Los famosos aebleskivers de Solvang Restaurant

Contentos con nuestros aebleskivers, nos fuimos de Solvang porque todavía nos esperaba mucho viaje. Si bien luego pararíamos a almorzar en Santa Bárbara (ciudad que lamentablemente nos quedó pendiente visitar en profundidad), esa noche ya dormiríamos en Los Ángeles y a medida que el tiempo pasaba la ruta se congestionaba más. No había tiempo para más, pero cumplimos con la visita a este pedacito de Dinamarca en California.

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