Cómo funciona un lavadero en Estados Unidos

Muchas veces se presenta un dilema a la hora de organizar un viaje de varios días: mucha ropa o lavar en el medio. En varios casos la limitación está puesta por la cantidad de equipaje que podemos llevar de acuerdo al ticket comprado. En otros, simplemente es una cuestión de comodidad. Durante el viaje que hicimos por la costa oeste de Estados Unidos, decidimos hacer una parada en un lavadero y vamos a contar la experiencia.

Somos de llevar la menor cantidad de equipaje posible para estar más cómodos entre traslados. Sin embargo, con la llegada de Nico eso cambió. Los chicos ensucian bastante ropa y requieren llevar muchas cosas por las dudas. Ante esta situación y teniendo en cuenta que era el primer viaje “largo” que hacíamos con él, se volvió indispensable lavar ropa en medio del viaje para llevar menos equipaje.

En Estados Unidos es poco común que los alojamientos tengan lavarropas. Si podemos encontrar departamentos con edificios que tienen un lavadero de uso común. Como hemos contado en otros post, nos alojamos gran parte del viaje en moteles. Por lo tanto, nuestra solución era recurrir a uno de los tantos lavaderos que hay en cada ciudad.

También nos daba curiosidad conocer como funcionaban. Los hemos visto tantas veces en series y películas que queríamos vivir la experiencia de primera mano. Así fue que el último día de nuestra frenética estadía en Los Ángeles nos dirigimos al laundry ubicado a dos cuadras del motel.

laundry-lavadero

Al ingresar nos encontramos con una enorme cantidad de lavarropas y otro buen numero de secadoras. Funcionan con quarters (monedas de 25 centavos). Si no tenemos cambio no es problema ya que hay máquinas para poder obtener las monedas a cambio de billetes.

Estábamos algo dubitativos viendo como proceder con el lavado así que nos acercamos a una empleada (que hablaba español, como la gran mayoría de la gente en Los Ángeles). Muy amablemente nos indicó que tipo de lavado poner y que lavarropas usar en base a la cantidad de ropa que llevamos. El lavado costó 3 dolares y la pastilla de jabón U$S 1,50. Podemos llevar nuestra propia pastilla si así lo deseamos.

Esperamos unos 40 minutos aproximadamente para que finalice el ciclo, hay asientos ahí mismo para esperar. En este caso el local se ubica dentro de un clásico centro comercial estadounidense. Son espacios grandes con estacionamiento descubierto y varios locales dentro del mismo predio. Al lado había un 7-Eleven, una cadena de mini mercados muy extendida en todo el país donde se puede comer por poca plata. En este viaje descubrimos sus cafés saborizados que se sirven a toda hora.

lavadero

También había un Burger King a metros. O sea que se puede combinar el lavado con un desayuno/almuerzo sin problemas. Y si no te querés mover del lavadero para no perder de vista tu ropa, ellos mismos tienen máquinas expendedoras de bebidas y snacks. Todo pensado.

Una vez finalizado el lavado, fuimos a las secadoras. Ahí la empleada nos sugirió repartir la ropa en dos máquinas. Cada secado cuesta 25 centavos y dura ocho minutos.

En conclusión, con 5 dólares y una hora de tiempo tuvimos nuestra ropa limpia y seca para seguir utilizándola en el viaje. Una opción cómoda y económica para evitar cargar con mucho equipaje, algo que puede ser muy molesto si tenemos que trasladarnos varias veces.

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