Venimos hablando de la ciudad de Monterey, California, porque fue una parada importante en nuestro viaje desde San Francisco a Los Ángeles. Para nosotros es imperdible por varios motivos y aquí les contaremos qué pueden hacer en ella.
Para empezar, Monterey fue el lugar elegido para pasar una noche y así descansar de la larga travesía de 700 km por la ruta interestatal 1. Ya haremos la reseña de Arbor Inn, sin dudas el mejor motel de todos los que nos acobijaron durante el viaje.
El mismo día en que llegamos salimos a recorrer las calles de la antigua capital californiana. Tomamos la calle del motel, Munras Avenue, y luego Alvarado Street, donde hay varios barcitos y lugares para comer algo. Aquí estamos en pleno downtown de la ciudad y de a poco nos vamos acercando a su centro histórico.
Por detrás del inmenso hotel Portola se encuentra el Monterey State Historic Park. A la hora a la que pasamos (ya de noche, pese a que no eran más de las 19 hs) se encontraba cerrado y sin turistas ni locales. ¡Y todo bastante oscuro! Aquí hay varios edificios históricos que parecen salidos de una escenografía de El Zorro que, por supuesto, transcurría aquí, en la entonces capital californiana en la época española y mexicana. Puede verse allí The Custom House, el primer edificio gubernamental del estado.
Unos metros más hacia la bahía nos encontramos con Old Fisherman’s Wharf. Es el muelle turístico de Monterey, plagado de restaurantes donde degustar platos especialmente con pescados y mariscos, pero también varias tiendas de golosinas y chocolates. Realmente nos pareció muy lindo y pintoresco.
Aquí también parten varias excursiones para ver fauna marina. La bahía de Monterey es el hogar de un enorme santuario animal con importancia mundial.
Ya al otro día dejamos el alojamiento y nos fuimos a conocer un lugar que nos emocionó profundamente como contamos en este post: el sitio donde Hipólito Bouchard plantó la bandera argentina durante seis días en 1818, en el actual Lower Presidio Historical Park.
De allí nos fuimos hacia Cannery Row, quizás la calle más emblemática de Monterey e inmortalizada por la obra literaria del premio Nobel John Steinbeck. Monterey fue el centro más importante del mundo en lo que refiere a la pesca y enlatado de sardinas. Esas antiguas fábricas se transformaron en locales comerciales y hoteles con gran encanto. Allí también se puede visitar el acuario de la Bahía de Monterey.
Y allí nos despedimos de la ciudad. Debíamos seguir camino. Nos esperaba la hermosa Carmel by the Sea y mucho más.
Nos quedó pendiente visitar la zona de Pacific Grove y recorrer la 17 Mile Drive, una ruta escénica que bordea la península de Monterey por el Pacifico. Pero quién sabe… nos gustó tanto la ciudad que no descartamos volver y cumplir con ese pendiente.
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