Diario de viaje: Los Ángeles, California

hollywood cartel

Tres días intensos, intensísimos, que no nos dieron respiro y nos dejaron con ganas de más. Los Ángeles es inmensa. Cuatro millones de habitantes, imagínense. Tres noches allí no fueron suficientes. Ya con eso les tiramos un tip para cuando armen su viaje a la ciudad de las estrellas de Hollywood. Les contaremos acá qué hicimos, resumidamente, en aquellas jornadas bien soleadas.

Amada y odiada entre los viajeros, LA es difícil de describir. Los contrastes son grandes, especialmente en lo que refiere al poder adquisitivo. De un lado, las enormes y lujosas mansiones de las colinas de Hollywood, así como las de Beverly Hills. Del otro, mucha pero mucha gente durmiendo en la calle. Ese fue el primer impacto. Como les contamos en una entrada anterior, nos hospedamos en Hollywood Downtowner Inn, a metros del inicio del Paseo de la Fama y sobre Hollywood Boulevard. Hicimos unos metros y allí ya nos encontramos con el drama social. Te desayunás con que a metros del glamour de los Oscars la gente lucha por sobrevivir.

El icónico Dolby Theatre, sede de la entrega de los Oscars, sobre el Paseo de la Fama

Esa fue la primera impresión, nocturna, porque llegamos a LA pasadas las 18 hs. ¿Descansar del largo viaje? No había tiempo. Pusimos a Nico en el cochecito y salimos a recorrer Hollywood Boulevard. Empiezan a aparecer las estrellas con los nombres de los homenajeados por Hollywood. Los teatros y cines. Las tiendas de souvenirs, donde podés comprarte un Oscar de plástico de recuerdo. Pasamos por el Chinese y el Dolby, los dos teatros icónicos de LA. Y emprendimos el regreso. Había que cenar, descansar y pensar en el dia siguiente.

El primer día completo lo arrancamos yendo a hisopar a Nico pues era un requisito para asistir al partido de NBA. Así que encontramos un lugar gratuito donde hacerlo y fuimos. Fueron muy amorosos, apenas le pasaron el hisopo, sin molestarlo, y listo. Pocos minutos después nos mandaron el resultado negativo. Vale aclarar, en el partido finalmente no nos pidieron nada…

De ahí nos fuimos a un lugar muy especial que nos quedaba relativamente cerca. Ya saliendo de la gran urbe, fuimos a un barrio hermoso a visitar la casa de Marty McFly. Si sos fan de Volver al Futuro, no te pierdas la entrada donde hablaremos de ese momento que fue inolvidable.

volver al futuro los angeles
Un lugar especial: la casa de Marty en Volver al Futuro, de la que nos llevamos una gran anécdota

La siguiente parada fue Lake Hollywood Park. Es un parque creado para sacarse la foto con el cartel de Hollywood sin molestar a los vecinos. Hay juegos para niños y Nico los disfrutó un rato. También habrá posteo aparte.

Luego fuimos hacia el Observatorio Griffith. La idea era visitarlo, pero lastimosamente los carteles avisaban en el camino que estaría cerrado durante toda nuestra estadía. Enorme decepción. Pero nos anima a regresar a LA porque nos quedamos con muchísimas ganas de conocerlo.

A esta altura ya teníamos más tiempo arriba de la camioneta que caminando. En LA pasás más tiempo en las autopistas que fuera de ellas. Un poco compensamos eso al llegar a Santa Mónica. Conocimos el icónico muelle que vimos en tantas películas y caminamos mucho, mucho, por la playa. Llegamos incluso a Venice Beach. Tomamos mucho sol también. Y regresamos ya sin muchas piernas al estacionamiento.

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El final simbólico de la Ruta 66 en el muelle de Santa Mónica

Otra vez cruzar toda LA en auto para dejarlo en el alojamiento y tomar el metro. Debíamos ir al Crypto.com Arena, la casa de los Lakers y los Clippers. Nos esperaba nuestro cuarto partido de NBA en vivo. Si leyeron esta entrada, sabrán que ya vimos varios partidos en Nueva York y Philadelphia y que nos encanta la NBA. Esta vez fuimos con Nico que la pasó de maravillas. Nunca creímos que disfrutaría tanto el encuentro. Y es que la NBA es un show para toda la familia. Vimos a los Clippers contra los Bucks, el actual campeón, y entradas costaron apenas 20 dólares en total para dos personas. Claro que para ver a LeBron James, la estrella de los Lakers, el precio era otro…

Nos fuimos del estadio y camino al metro seguíamos disfrutando del centro financiero de LA que lucía bastante mejor que la zona donde nos hospedábamos. Aquí ya hay edificios más lujosos y grandes tiendas. Ese día no dio para más. A cenar una pizza y a dormir que se venía el último día entero en LA.

Bah, técnicamente no fue en LA. Nos dirigimos hacia Anaheim, a poco más de una hora, y adivinarán qué hicimos. Si, nuestra primera visita a Disney. Pocos días antes de viajar nos dimos cuenta que no habíamos planificado actividades 100% para Nico. Él es muy pero muy fan de La Casa de Mickey Mouse. Y la respuesta fue obvia: tenemos que ir a Disneyland, el primer y único parque diseñado por Walt Disney.

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Disneyland California Adventure, celebrando los parques clásicos californianos

Le sumamos un plus: conocer también Disneyland California Adventure, que celebra al estado dorado. Mucho más nuevo y más pequeño, nos pareció hermoso. Por supuesto, tendremos entradas sobre estos parques. Hay mucho para decir y allí les contaremos qué impresiones nos dejó esta primera experiencia en Disney con nuestro niño que de a ratos fue muuuy feliz allí y por momentos se fastidió porque necesitaba su siesta. Es que claro, tiene dos años apenas… y eso a veces lo perdemos de foco.

Y allí se terminó Los Ángeles para nosotros. Nos quedamos con sabor a poco. Los días fueron frenéticos, no llegamos a hacer todo lo que hubiéramos querido y no terminamos de generarnos una impresión clara de la ciudad. Quizás no la tenga. Quizás LA sea tan inexplicable e inclasificable como inabarcable, porque es inmensa. En fin. Ojalá en un segundo viaje lo podamos averiguar.

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