En un posteo anterior hicimos un breve resumen y les dimos algunos tips acerca del viaje entre las ciudades de San Francisco y Los Ángeles por la mágica ruta interestatal 1 de California. Ahora hablaremos resumidamente de las paradas que hicimos y que no pueden perderse en esta travesía. Tengan en cuenta, además, que hay decenas de miradores para parar y contemplar el océano Pacífico.
Faro de Pigeon Point
A metros de la ruta se encuentran la playa, parque estatal y faro de Pigeon Point. El paisaje es hermoso. Hay carteles explicativos de la historia del faro, que data de 1872; mesas y sillas para descansar e incluso un hostel, que sorprende por su ubicación porque realmente no hay nada alrededor. Seguramente hospedarse allí sea una experiencia única.
Santa Cruz
Muy cerca de San Francisco, en Santa Cruz se respira el espíritu californiano. Las palmeras, las playas amplias y ese aire surfer y relajado de esta pequeña ciudad nos hicieron disfrutarla pese a que tuvimos que contemplarla desde el auto porque Nico se nos había dormido. Su gran atractivo es el parque de diversiones ubicado en el boardwalk. Es el más antiguo de California, ya que funciona desde 1907 y dos de sus atracciones son monumento histórico nacional.
Monterey
De Monterey vamos a hablar más detalladamente en otras entradas porque allí pasamos una noche, pero algo ya les contamos. Es una ciudad histórica, porque fue la capital del estado, pero también conjuga naturaleza: la bahía de Monterey alberga un santuario nacional marino con una enorme riqueza biológica. Algunas atracciones imperdibles son Old Fisherman’s Wharf, un muelle turístico; el centro histórico, el parque del Presidio (donde los argentinos podemos ver flamear nuestra bandera) y la calle Cannery Row que fue el centro mundial de enlatado de sardinas.
Carmel by the Sea
A pocos minutos de Monterey se encuentra la hermosa Carmel. Es un pueblo donde las casas parecen salidas de un cuento. De alto poder adquisitivo, allí se mudan muchos estadounidenses luego de jubilarse. Tiene la particularidad de que el gran Clint Eastwood fue su alcalde entre 1986-1988 y posee un restaurant y hotel allí. También le dedicaremos un posteo aparte a Carmel.
Los puentes históricos: Rocky, Bixby y Big Creek Bridge
Luego de abandonar la bahía de Monterey nos vamos adentrando en el Big Sur, una enorme región de bosques y acantilados, donde la ruta serpentea, sube y baja. Aquí atravesamos los puentes históricos. Construidos en la década del 30, en una época en que el estado comandaba la recuperación de la economía post crack del 29, estos tres puentes son una maravilla de la ingeniería. Les recomendamos estar atentos para frenar y estacionar en los miradores con los que cuenta cada uno. Sin dudas la vista más espectacular es la del Bixby Bridge; para nosotros, uno de los puntos altos del viaje.
Elephant Seal Vista Point
Si, tradujiste bien: podés ver elefantes marinos a tan sólo metros de la ruta 1. Hay un mirador, estacionamiento amplio, carteles explicativos y hasta una cámara web donde podés seguirlos: https://elephantseal.org/live-view/
San Simeon
Nos hubiera encantado visitar el famosísimo castillo Hearst, pero lamentablemente al momento de nuestro viaje estaba cerrado. San Simeon también cuenta con playas amplias y bastante alojamiento para pasar la noche.
San Luis Obispo
En San Luis Obispo pasamos la noche y también tendrá su entrada más detallada. Cuenta con una de las misiones jesuitas más antiguas del estado y su famoso pasaje Bubblegum Alley, lleno de chicles pegados. Un arroyo atraviesa el downtown y hay un paseo muy lindo para recorrerlo.
Pismo Beach
Muy cerquita de San Luis Obispo se encuentra Pismo Beach. ¡Nos encantó! Fue una grata sorpresa y nos dieron ganas de parar allí si repetimos algún día este viaje. Estaba lleno de gente el día en que visitamos la ciudad (sábado) y el clima acompañaba también. La playa cuenta con muelle, excelentes y limpios vestuarios y numerosas opciones gastronómicas. Tiene una onda parecida a Santa Mónica, pero decorada con colinas y muchísimo más pequeña y tranquila.
Solvang
Solvang también es merecedora de una entrada propia. Parece una aldea de cuentos: fue fundada por daneses y realmente uno se siente en un pueblo europeo. Abundan las chocolaterías y las pastelerías y también tiene una buena oferta hotelera. Fue también uno de los puntos altos del road trip.
Luego solo paramos en Santa Bárbara para comprar comida. Allí Nico dormía y se nos había hecho un poco tarde por el tiempo que le dedicamos a Solvang así que rápidamente seguimos camino hacia Los Ángeles. Sin dudas Santa Bárbara, Malibu y otras playas merecían paradas también, pero decidimos no hacerlo porque nos esperaba la ciudad de las estrellas. No faltará oportunidad de conocerlas también, estamos seguros.
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