Venimos hablando bastante sobre el viaje que hicimos por la costa oeste de Estados Unidos. Pero nos estaba faltando un tema muy importante para nosotros: la comida. Por supuesto que no podía faltar un Rincón Glotón sobre que comer en San Francisco.
Mencionamos en otros posteos que es una ciudad cara y diferente a la media norteamericana. Las clásicas cadenas de comida rápida tienen muy poca presencia en San Francisco. Hacen un culto de la buena alimentación y el cuidado físico. Se ubica en el Top 5 de ciudades con mayor número de restaurantes saludables y en primer lugar en cantidad de espacios verdes. De hecho hemos visto infinidad de personas corriendo e incluso una chica lo hacía con un carrito de bebé en una mano y su perro a un costado. A ese nivel de fanatismo llegan.
Por eso, nuestra típica recorrida por lugares de cómida rápida no tuvo mucho lugar aquí. Obviamente ya habíamos tomado nota de esto y la elección de un motel con microondas y heladera ayudó a sortear algunas comidas.
No obstante, el hecho de que haya pocos restaurantes de cadena no quiere decir que no haya ninguno. Por eso la visita a IHOP para un desayuno fue un bálsamo para sobrellevar el mal trago del día anterior producto del robo que sufrimos. Allí nos llevamos las primeras impresiones de la inflación en Estados Unidos y del faltante de algunos productos, tal como rezaban los carteles colocados arriba de cada una de las mesas.
Un clásico para comer en San Francisco es el clam chowder, una espesa sopa de almejas servida en un pan casero. Es muy popular, por lo que se consigue en cualquier lugar. Pero es muy famosa la de Boudin Bakery, que tiene varias sucursales. La probamos en la sede del Pier 39 y es realmente deliciosa. Como punto extra, no es cara para los precios habituales de la zona (unos U$S 11 y quedás lleno).
Caminábamos muchísimo durante el día por lo que a la noche estábamos con pocas energías para salir. Así fue que para una cena elegimos un lugar cercano donde retirar la comida y cenar en el motel. Nos entusiasmamos al ver un local donde servían philly cheesesteaks, un sándwich muy característico de Philadelphia que habíamos probado cuando estuvimos por tan bella ciudad. El local se llama Jake’s Steaks, un bar deportivo bien ambientado. Buen sabor pero la contra fue el precio y el tamaño.
De las pocas cadenas de hamburguesas con presencia en la zona se destaca In-N-Out Burger. Solamente cuenta con locales en la costa oeste, así que al ser nuestra primera vez por allí teníamos la gran posibilidad de probarla. La verdad que la relación precio/calidad es correcta. No es el nivel de Five Guys, desde ya. Pero no te cobran como si lo fueran. Aprobado.
Para el final quedó el postre. Ghirardelli es una de las fábricas de chocolate más antiguas de Estados Unidos, comenzando a operar en 1852 en San Francisco. Con el tiempo se fue expandiendo y hoy, en lo que era una antigua fábrica, funciona Ghirardelli Square. Un espacio con varios locales que se merece su post aparte. Ahora vamos a hacer énfasis en lo que comimos ahí que es ni más ni menos que el Ghirardelli’s World Famous Hot Fudge Sundae. Traduciendo rápido: un helado espectacular.
Es un helado de vainilla bañado en chocolate caliente, cubierto con crema batida, pedacitos de almendras y una cereza. Cada bocado era felicidad pura, no solo para mi sino también para Nico que no dejó un segundo de cucharear. Fue la despedida más dulce de una ciudad que, pese a todos los obstáculos que nos puso en el camino, nos deleitó a cada paso.
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