Si pensamos en la hermosa ciudad californiana de San Francisco, el Golden Gate es la primera imagen que probablemente se nos venga a la cabeza. Es su gran ícono, pero además una obra fenomenal de ingeniería que genera fascinación como pocos puentes en el mundo. Enclavado entre cerros, custodiando la bahía, une a San Francisco con Sausalito y además da nombre a una gigantesca área recreativa, dependiente del servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos.
No veía la hora de encontrarme con el Golden Gate. Lo divisamos por primera vez de noche, o mejor dicho, sus luces. Habíamos ido a Marina Green a hacer unas compras y ahí estaba, a lo lejos. Apenas se lo notaba. Quería que ya fuese de día para apreciarlo.
A la mañana siguiente, despiertos muy temprano por efectos de la diferencia horaria, decidimos ir a su encuentro. Dejamos el auto en la zona de Crissy Field, un parque pegado a la bahía con mesitas para comer y senderos para caminar. Ahí lo vimos, aún de lejos, con la mañana que recién se encendía y por eso todavía el Golden Gate estaba recubierto de algo de bruma. En esta zona hay lugar para dejar el auto (un cartel advertía que debíamos pagar luego de las 10 de la mañana, por lo que tomamos la precaución de regresar antes).
Crissy Field fue un aeródromo militar. En una época estaba lleno de desechos y desde el 2001 fue recuperado y forma parte del servicio de parques nacionales. Un dato que leímos después es que conviene ir a la mañana porque a partir del mediodía comienza a levantarse mucho viento allí.
Hicimos una hermosa caminata y de a poco se iba despejando cada vez más. Llegamos a Fort Point y este para mi es el mejor lugar para contemplar el puente. Aquí hay, como podrán imaginarse, un fuerte. Lamentablemente no abría ese día (sólo viernes, sábado y domingo) y no pudimos acceder, pero tengo entendido que se puede subir a su terraza para ver el Golden Gate desde allí también. De cualquier manera, la vista era espectacular, estábamos casi al pie del puente.
De allí volvimos a Crissy Field a buscar el auto y nos dirigimos al Welcome Center, atravesando el hermoso parque del Presidio que cuenta con numerosos senderos para llegar también a otros miradores. En el Welcome Center también hay lugar para dejar el auto pero hay que abonar estacionamiento, aunque fue accesible. Ingresamos al edificio, que es más un gift shop que otra cosa, si bien hay varios mapas para retirar. En los alrededores del Welcome Center, la cartelería va explicando la evolución de la construcción del Golden Gate. Y allí también tenemos un lindo mirador del que nos llevamos más fotos con el gran emblema de San Francisco.
Por último, volvimos al auto pero esta vez para cumplir con el ritual de cruzar el puente. En pocos minutos, estábamos conduciendo hacia Battery Spencer, otro de los miradores que tenía marcado como prioritario pero esta vez del lado de Sausalito. De allí nos llevamos hermosas vistas pero también la pésima experiencia del robo… como les contamos en este post. ¿Vale la pena ir? Claro que si, pero no dejen nada de valor en los vehículos…
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