Hace poco una seguidora nos preguntó por Instagram acerca de Panamá. Al revisar los post sobre dicho país, noté que faltaba hacer uno del lugar que más me impactó del viaje. Se trata del famoso Canal de Panamá, una obra de ingeniería colosal con más de 100 años de historia.
No sé cuando comenzó mi fascinación por el Canal de Panamá. Si sé el motivo: me resulta alucinante pensar que se llevó a cabo semejante obra a principios del siglo XX (en realidad unos años antes comenzaron los primeros intentos). En una época donde no se contaba ni de cerca con la tecnología que hay ahora y en un terreno muy complicado, la tenacidad y la voluntad inquebrantable de mucha gente lograron llevar adelante tan desafiante empresa.
Por eso, cuando se dio la oportunidad de visitar Panamá gracias a una oferta loca de Aeroméxico ni lo dudé, sería mi gran chance de conocer el Canal.
No los quiero aburrir con la historia del Canal que es mucha y los números que la rodean son sorprendentes. A modo de resumen, en un primer momento los franceses intentaron hacerlo. De la mano de Ferdinand de Lesseps, quien había construido el Canal de Suez a nivel, se intentó sin éxito hacer lo mismo en Panamá. Luego de dos décadas de trabajos infructuosos y una gran cantidad de vidas perdidas, los franceses vendieron todo a Estados Unidos.
En el medio hubo rencillas políticas que terminaron con la independencia de Panamá (hasta ese momento parte de Colombia). Con ello llegó el inmediato reconocimiento estadounidense al país para iniciar la construcción del canal. Utilizaron mucho material e infraestructura que habían comprado a los franceses pero a su vez tomaron una decisión clave: el canal sería hecho a través de un sistema de esclusas y no a nivel como intentó de Lesseps.
Los estadounidenses tardaron diez años en terminarlo. La obra contempló aproximadamente 80 km. de longitud y tres juegos de esclusas que subían o bajaban las embarcaciones de acuerdo al nivel del mar. Las esclusas de Miraflores son las que cuentan con el centro de visitantes que conocimos.
Arribamos rápidamente en un Uber desde nuestro alojamiento en Albrook. Allí llega el metro y varias líneas de buses por lo que puede ser una buena opción pasar por su mega shopping y así combinar con el paseo al Canal. También se puede considerar sin problemas la posibilidad de aprovechar una escala larga en Panamá para hacer la visita. Copa Airlines abarca muchísimos destinos de todo el continente haciendo base en la Ciudad de Panamá. Por algo a su aeropuerto internacional de Tocumen se lo conoce como “El Hub de las Américas”. Se espera que el metro llegue al aeropuerto a fines de 2022.
La entrada tiene un costo de U$S 10 para extranjeros. Van a ver en la web todo expresado con una B que se refiere al Balboa, la moneda panameña que tiene equivalencia 1 a 1 con el dólar. No existen los billetes de balboas, solamente hay monedas que son de un tamaño y material idéntico a las estadounidenses. El motivo? Así pueden utilizarse sin problemas en las máquinas expendedoras tanto balboas como dólares.
Al ingresar nos topamos con un museo con toda la historia y actualidad del Canal. Hay muchos datos que nos dejan con la boca abierta. Nos encontramos con salas interactivas simulando estar cruzando las esclusas a bordo de un barco como también otra que nos muestra como es una oficina de control de tráfico marítimo.
A continuación accedemos a un pequeño cine donde proyectan una película a modo de resumen para luego si acceder al lugar más esperado. Se trata de una terraza con gradas donde tenemos una buena vista de las compuertas que conforman las esclusas de Miraflores. Recomendamos planear con tiempo la visita para poder ver algún barco atravesando las compuertas. Nosotros fuimos alrededor de las 14 hs y vimos pasar uno. En este link de la página oficial están los horarios. Vale la pena verlo para vivir la experiencia completa.
Hay algunos locales para comer o tomar algo y también una tienda de recuerdos. Venía frustrado de no conseguir libros sobre el Canal en distintas librerías panameñas y pensé que aquí por fin podría comprar uno. Increíblemente en el mismísimo centro de visitantes apenas vendían pequeñas revistas con información. Recién de regreso a Buenos Aires pude hacerme con un libro digno a semejante construcción.
Si están por Panamá, no pueden dejar de visitar una de las obras de ingeniería más impactantes realizada por la humanidad.
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