Hace un tiempo hicimos un post acerca de las tarjetas de crédito y sus beneficios para los viajeros. Hablabamos sobre como aprovechar los servicios que nos brindan y que en muchos casos ni sabemos que contamos con ellos. En este post vamos a desarrollar algo indispensable a la hora de hacer un viaje, sobre todo si es internacional: la asistencia al viajero.
Para empezar, desde este blog consideramos obligatorio contar con un servicio de asistencia al viajero para desplazarnos fuera del país. Obviamente que para viajes nacionales nunca está de más, pero entre las prepagas, las obras sociales y los servicios de salud pública estamos bastante cubiertos. Hay destinos donde un accidente o enfermedad que requiera internación puede costar el equivalente a una propiedad y no estamos exagerando.
Por eso no nos cansamos de repetir que a la hora de elaborar un presupuesto debe considerarse tanto como los pasajes y el alojamiento. Es parte necesaria del viaje y no un gasto extra. Más ahora con todo lo relacionado al Covid. También cubren cancelaciones, demoras, pérdidas de equipaje e incluso suspensión/extensión de viaje por positivo de Covid.
Dicho esto, no quiere decir que no le busquemos la vuelta para ahorrar o pagar lo menos posible, tal como hacemos con un pasaje o alguna actividad. Una gran manera de lograrlo es sacando provecho de las tarjetas de crédito. Esto es posible ya que muchas de ellas ya cuentan con un servicio de asistencia al viajero. Si bien generalmente es algo básico que en algunos países apenas nos puede servir, en otros casos suponen una gran herramienta.
Por otra parte, si queremos ampliar nuestra cobertura y abarcar más cosas o contar con mayor tope de reintegro, muchas veces el hecho de contar con una base que nos ofrece la tarjeta hace que nos resulte más economico realizar un upgrade. Vamos a un ejemplo práctico que vi estos días en la pagina de Assist Card:
Acá vemos una cotización para dos personas de la cobertura anual para Norteamérica (Estados Unidos es uno de los países con la medicina más cara). Otra aspecto a tener en cuenta: casi siempre conviene contratar la asistencia anual antes que hacerlo solo por los días que nos vayamos. La diferencia es mínima y muchas veces es el mismo precio pero acá nos quedamos tranquilos por un año.
Sin embargo, desde la misma página de Assist Card tenemos la posibilidad de cotizar de acuerdo al tipo de tarjeta Visa que tengamos
Si seleccionamos Visa Gold y cotizamos la misma cobertura anual del ejemplo anterior nos vamos a encontrar con una diferencia en el valor:
Podemos ver una gran diferencia en precio, especialmente en la cobertura más amplia de un millón con covid extra. Son $22.734 menos contando con Visa Gold. Si poseemos una Visa Signature, la diferencia se nota un poco más:
Son poco menos de $7.000 respecto a la Gold pero casi $30.000 de diferencia con el presupuesto sin ninguna tarjeta. Este ejemplo viene muy bien para ilustrar la importancia de contar con tarjetas de crédito a la hora de viajar. Si bien cuanto más alto sea el segmento de la tarjeta más será su costo, en muchos casos esa diferencia se ve compensada e incluso superada con los beneficios que otorga.
Lo tenemos a la vista con la asistencia al viajero. Ya con las tarjetas Gold que tienen relativamente bajo costo nos ahorramos más de $22.000. Es decir, si el costo de poseer dicho plástico es inferior a esos $22.000 ya estamos haciendo negocio. Eso sin contar los otros beneficios que nos proporciona la tarjeta. Desde ya que hoy día una Gold vale mucho menos que eso e incluso se puede bonificar cumpliendo ciertos requisitos.
Contar con una tarjeta no solo nos brinda esta posibilidad sino que también en varios casos según el banco y el paquete cuentan con servicios extra como accesos a salones VIP o status en alguna aerolínea. Siempre hay que hacer las cuentas porque a veces por ahorrar en una cosa estamos gastando más a mediano plazo.
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