Para finalizar nuestra semana por las rutas bonaerenses con base en Sierra de la Ventana elegimos nuevamente partir el viaje en dos. A la ida hicimos noche en Azul y aprovechamos para recorrer un rato, como contamos en este post. En cambio para el regreso elegimos Las Flores.
Esta ciudad se ubica a casi 190 km de Buenos Aires, su principal acceso es a través de la Ruta Nacional 3. También pasa por allí la ruta 30, que nos conecta con Roque Pérez o Rauch, entre otras localidades. Si bien es una ciudad, todavía conserva ciertas cosas de pueblo que nos gustaron mucho.
En primer lugar, notamos eso a la hora de encontrar alojamiento. Haciendo una búsqueda por Google nos arrojó algunos establecimientos pero sin manera de contactarlos online. Así que lo hicimos a la vieja escuela, llamando por telefono. Siempre fuimos atendidos por gente muy amable y elegimos el hotel Baló. Para reservar solamente bastó con la palabra, nadie pidió seña.
Está a la vera de la ruta 3. Es un típico hotel rutero, con estacionamiento amplio para los camiones. Sencillo, sin lujos, pero con prestaciones superiores a muchos otros que se cuelgan medallas que no tienen. Fue un bálsamo encontrar un alojamiento con desayuno sin bajar la calidad y el servicio con la excusa del Covid. Como frutilla del postre, es muy económico.
Llegamos algo cansados y con lluvia, lo cual arruinó nuestros planes de ir a cenar a la ciudad. En cambio, dimos con un restaurante familiar a metros del hotel que vendía suculentos sandwiches para llevar. Se llama La Familia, justamente. Me llevé también otra dosis de amabilidad charlando con el dueño mientras esperaba la comida.
Al día siguiente, luego de un suculento desayuno, fuimos a dar una vuelta. Comenzamos nuestra recorrida visitando la plaza principal, previo paso por el obelisco de Las Flores.
Como toda clásica plaza central tiene a su alrededor la municipalidad, la parroquia (Nuestra Señora del Carmen) y un Banco Nación. Lleva el nombre de Bartolomé Mitre. Me gustó especialmente el detalle de una rotonda con una fuente en medio de la calle adoquinada.
Luego seguimos rumbo a una peculiar escultura ubicada a metros de la estación ferroviaria. Hablamos del monumento a Maradona, que retrata la famosa foto del capitán argentino besando la copa del mundo.
Nuestra última parada fue el Parque Plaza Montero. Un predio enorme que tiene dentro la Laguna del Difunto Manuel, un espejo de agua de casi 70 hectáreas. Un espacio donde se pueden realizar múltiples actividades. Hay parrillas, canchas, juegos infantiles, camping, etc. También allí se encuentra el autódromo y kartódromo. Es importante destacar que Las Flores es la capital nacional del rally.
En la laguna se pueden hacer actividades nauticas y encontramos algunos animales que causaron controversia en nuestro Instagram. ¿Son coipos o carpinchos? Un cartel de ahí indicaba que se trataba de coipos.
La verdad que daba para pasar la jornada allí, pero emprendimos el regreso a casa por ruta 3. Durante el viaje una seguidora nos tiró un gran dato: vayan al ACA de Gorchs a comer el sándwich de matambre. Obviamente tuvimos que parar y conseguimos el famoso sándwich (con una cantidad inusitada de fiambre). Dicen que también son muy buenos los de jamón crudo.
De yapa, compramos además unos alfajores locales. Se trataba de los Don Félix Gaspar, estaban exquisitos! Al ver el envoltorio, vimos que son de Las Flores. Un motivo para volver, por si hacía falta alguno más.
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