Teníamos sacado el viaje a Tucumán desde el 2019, incluso antes del nacimiento de Nico. Se fue postergando varias veces hasta que finalmente, el fin de semana largo de agosto 2021, pudimos hacerlo. Toda esta espera no hizo más que generarnos una gran ansiedad por probar la gastronomía tucumana.
Como hacemos siempre, fuimos investigando cosas y lugares donde comer. Es sabido que las empanadas son muy famosas en el norte argentino y Tucumán no es la excepción. De hecho, en la localidad de Famaillá se celebra todos los años la Fiesta Nacional de la Empanada.
Al llegar a nuestro alojamiento, nuestro anfitrión nos brindó el dato de las mejores empanadas para él. Se trataba de El Bodegón, a escasas dos cuadras de la Casa Histórica de la Independencia (no se les ocurra decirle “casita”!!!). Ricas empanadas, con la particularidad para nosotros que a la de pollo le llamaban “de gallina”. Obviamente, como en todo Tucumán, las empanadas vienen con limones. Si, se abre la empanada y se le pone un chorrito de limón. Personalmente, me gusta mucho.
Teníamos el dato de que venden empanadas congeladas en el aeropuerto de Tucumán, tal como en Salta que les contamos en este post. Pero los comentarios en Google eran de quejas diciendo que nunca había nadie atendiendo. Por eso, fuimos precavidos y compramos ya hechas para llevar el almuerzo a mis viejos que nos esperaban en Ezeiza. Le pregunté a un policía en la calle por las mejores empanadas y me mandó a La Leñita. Realmente excelentes, tienen varias sucursales.
Pero no solo las empanadas son famosas en la provincia. Hay algo que es realmente una institución en Tucumán: el sanguche de milanesa. Permitan la licencia de escribir sanguche en lugar de sandwich, es que así se le dice. La verdad no sabemos que le ponen o que hacen pero verdaderamente están buenísimos. La tradición indica que se acompañan con una Mirinda de manzana.
Nosotros comimos en el lugar más famoso probablemente: Don Pepe. Arribamos a la ciudad un viernes por la noche ya algo tarde y nuestro alojamiento quedaba a dos cuadras (casualidad?). Fui a buscar un par, en mi caso lo prefiero así nomás, sin aditivos. El de Dani tenía de todo: jamón, queso, lechuga, tomate, huevo y una mostaza servida de un pote gigantesco. Si no comés uno, no fuiste a Tucumán. Por eso nosotros la noche anterior a irnos, fuimos a buscar otro al mismo lugar.
Nos habían recomendado comer un locro de campo (un locro servido en un pan de campo) en El Portal. Ya de imaginarme ese plato se me hacía agua la boca. Una gran desilusión me llevé cuando la moza me dijo que no tenían, solamente al plato. Era una carta pequeña, pero al menos había humitas y tamales que estaban muy bien. El servicio fue muy lento y Nico cada vez aguanta menos estar sentado así que tuvimos que retirarnos sin poder probar postres regionales que se veían muy apetitosos.
El punto flojo de la gastronomía tucumana lo notamos en la parte dulce. Probamos los alfeñiques y alfajores de miel de caña, no nos deslumbraron. Algo que siempre buscamos en cada destino son alfajores locales. Solo vimos unos llamados Del Tucumán, que simplemente cumplían.
El mejor recuerdo dulce que nos llevamos fueron las famosas achilatas. Se trata de un helado elaborado con hielo molido junto con colorante saborizado y endulzado con miel de caña. Lo sirven los vendedores ambulantes y aparte de ser sabroso es muy refrescante, algo que se agradece en una zona tan calurosa.
Obviamente que quedaron cosas pendientes de la gastronomía tucumana como los postres regionales, empanadillas de cayote o el panchuque. Como siempre decimos, son excusas para volver.
Excelente post.
1. Achilata endulzada con miel de caña? No me suena. Me suena a granadina. Hay un video de “Un Topo por el Mundo” que le pregunta a un vendedor cómo la fabrica. https://youtu.be/Ov17Uq4Vlj4
2. Don Pepe, 10 puntos. Ahora, Los Eléctricos, para mi, es superior. Suipacha 950. Y el sanguche va con Mirinda manzana! Qué combinación!
3. Empanadas y tamales de Los Hornos, Av. Aconquija 2419, excelentes.
4. No se pueden perder el panchuque!
5. Tienen que conocer la montaña: San Javier, Villa Nougués, Raco, El Siambón, El dique El Cadillal.
(soy de Tucumán, pero hace años que no vivo ahí, así que disfruto de todo eso cada vez que voy)
Excelentes aportes Enzo!
Este año volvemos a Tucumán así que agendo ya mismo las recomendaciones y esta vez si, no nos perderemos el panchuque.
Estuvimos en San Javier y en el dique El Cadillal. Había muchísima gente y nos quedó pendiente la aerosilla.
Para el próximo viaje la idea es ir para Tafí del Valle.
Gracias nuevamente por los datos, saludos!