La costa atlántica de nuestro país tiene muchas localidades a lo largo de su enorme extensión. Sin dudas, entre las más hermosas y originales se encuentra Costa del Este, conocida como “la playa del millón de pinos”.
Este apodo se debe al proceso de forestación iniciado en 1966 cuando sus fundadores compraron las tierras, que eran todas dunas casi sin vegetación. Al ver hoy su territorio completamente arbolado (no solo de pinos), parece mentira que 55 años atrás era todo desértico. Estábamos ansiosos por conocer esta localidad, pegada a Mar del Tuyú y ubicada a aproximadamente 350 km de Capital Federal.
Estuvimos a punto de hacerlo el fin de semana largo de mayo pero dos días antes se decretó el regreso a fase 1 y los planes quedaron truncos. Afortunadamente, teníamos reserva hecha con cancelación gratuita, por lo que fue un trámite sencillo. Siempre mencionamos lo importante de las reservas flexibles en estos tiempos de incertidumbre.
Elegimos alojarnos en Altos de la Reserva, un hermoso complejo ubicado en la reserva de Costa del Este. Seguramente hagamos un post aparte del alojamiento, que superó nuestras expectativas. Es una localidad chica, por lo que la ubicación es algo secundario.
Caminar por sus calles se disfruta muchísimo. Siempre estamos rodeados de arboles y se respira tranquilidad. Solamente están asfaltadas las calles “principales”. Prácticamente no existen las veredas con baldosas o cemento. Lo normal en Costa del Este es caminar sobre pasto o arena.
La playa es enorme, mucho espacio público sobre una gran extensión de arena. Hay también algunos paradores con servicios. El “centro” se delimita a unas dos o tres cuadras a metros de la costa. Vimos varios locales gastronómicos cerrados definitivamente y otros tantos con el mobiliario pero que no abrieron en todo el fin de semana largo.
Por tal motivo, la oferta gastronómica resultó bastante escasa. Igualmente, muy cerca hay otras localidades como Mar del Tuyú a la que se puede acceder internamente. De todas maneras, en breve haremos nuestro Rincón Glotón sobre Costa del Este.
En resumen, nos encantó pasar un fin de semana aquí. Es un ambiente de tranquilidad y totalmente familiar. Nico disfrutó un montón de la playa y podía corretear tranquilamente por el bosque. Un lugar para volver, definitivamente.
Deja un comentario