Hace un par de años, en nuestra vida A.N. (Antes de Nico) nos escapamos un finde a la ciudad de Córdoba. En el poco tiempo que estuvimos pudimos recorrer bastante, haciendo casi todo a pie.
Nos hospedamos en un hotel céntrico, lo cual nos permitió estar cerca de los principales puntos de interés. El primer día nos fuimos a Villa Carlos Paz. El segundo sí lo dedicamos a la capital provincial.
Arrancamos visitando el Museo Histórico Provincial Marqués de Sobremonte. A la mayoría de nosotros seguramente le suene ese apellido. Se trata del virrey que en plena invasión inglesa de 1806 a la ciudad de Buenos Aires huyó hacia Luján y luego a Córdoba. Pero ya había vivido en esta casa anteriormente, que es la más antigua de la ciudad y vale la pena conocer por su arquitectura colonial e importancia histórica.
En el interior hay muebles de época, pinturas, vestimenta, objetos y más. Hay un aljibe, típico de las casas pudientes de antaño y hay una segunda planta que también se puede recorrer. Fue muy interesante la visita y nos tomó alrededor de una hora.
De allí nos fuimos caminando a la plaza principal de la ciudad, la plaza San Martín. A su alrededor entre otros edificios históricos se encuentra el Cabildo de la ciudad de Córdoba e ingresamos para conocer su interior.
Córdoba es una de las ciudades más antiguas de la Argentina y también es testigo de la presencia jesuita desde los albores de la Patria. Siendo el centro del país, era un lugar estratégico tanto para la tarea conquistadora de los españoles como para la evangelizadora. Así que nuestra siguiente parada fue la Manzana Jesuítica, conformada por varios edificios históricos que son Patrimonio de la Unesco: la capilla doméstica, el Colegio Nacional de Monserrat, la antigua sede de la Universidad de Córdoba, la residencia y la Iglesia de la Compañía de Jesús.
Para esta altura (mes de noviembre) ya hacía calor y estábamos con hambre. Llegó el momento del almuerzo y para ello nos dirigimos al centro comercial más importante de la ciudad, Patio Olmos.
Con la panza llena continuamos camino a pie, disfrutando paso a paso de esta bella ciudad, y así llegamos al Paseo del Buen Pastor, ya en el barrio de Nueva Córdoba. El edificio tiene su historia también. Fue asilo y cárcel de mujeres a cargo de religiosas de la congregación del Buen Pastor, pero en la última dictadura militar actuó como lugar de detención ilegal y tortura de presas políticas. Fue recuperado por el gobierno de Córdoba y desde 2007 es un centro cultural, recreativo y comercial.
Detrás de él hay un par de restaurantes y es un importante punto de reunión de los cordobeses. En sí en toda la zona hay varios lugares gastronómicos para disfrutar.
Y finalmente, a pasitos, se encuentra la famosa iglesia de los Capuchinos, que es realmente muy llamativa con su estilo neogótico.
Ya estábamos bastante cansados de recorrer a pie desde temprano, así que si bien faltaban algunas horas para el vuelo, decidimos ir anticipadamente a la terminal de ómnibus para descansar y allí subir al bus que nos llevaría al aeropuerto.
Como verán, en algunas horas se puede tener un lindo pantallazo de esta hermosa ciudad, una de las más importantes del país, y vale la pena intentarlo.
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