Uniendo Salta y Cafayate por la RN 68: segunda parte

El camino entre la ciudad de Salta y la localidad de Cafayate es un imperdible de la provincia y de nuestro país por su cambiante geografía, colores y formaciones geológicas a lo largo del recorrido, donde la gran estrella es la Quebrada de las Conchas. Hace unos días publicamos la primera parte y ahora retomamos el relato sobre este increíble paseo.

Dejamos la estación de Alemanía, donde estiramos un poco las piernas y compramos bebida fría (se estaba empezando a sentir el calor) y continuamos viaje. De a poco íbamos dejando la vegetación abundante y las montañas comenzaban a desvestirse. El color rojo ladrillo ahora predomina y el río Las Conchas nos acompaña al costado del camino.

El puente Morales, que aparece en Relatos Salvajes. No se utiliza más desde 2013

Ya había pasado el mediodía. Estábamos con hambre y un poco mareados por las curvas y la altura que va tomando la Ruta Nacional 68. Teníamos una parada agendada en el kilómetro 61 y terminó siendo allí donde almorzamos. El cartel dice “Relato Salvaje” (sic) y se refiere, por supuesto, al puente de la famosa escena de la película dirigida por Damián Szifrón. Pero no hablaremos mucho de eso por si no la vieron… Lo importante es que conocimos el puente (fuera de la RN 68) y allí compramos las primeras empanadas salteñas del viaje. No se si fue el hambre, el apunamiento, la necesidad de parar o un poco de todo, pero nos revitalizaron. Fueron las más ricas que probamos en Salta.

Continuamos disfrutando el viaje. La siguiente parada fue en una formación que probablemente sea la más famosa de la Quebrada de las Conchas: la Garganta del Diablo. Y yo que pensaba que la Garganta del Diablo más flashera era la de Cataratas del Iguazú… esta es totalmente distinta, sin agua, pero igual de fascinante. Paramos unos minutos, descansamos y mientras tanto Ger se animó a ir hasta el final (con Nico nos quedamos más lejos, porque no era apto para meterse con él).

Garganta del Diablo

Luego de esta parada decidimos continuar derecho hacia Cafayate y dejar el resto de los puntos de interés para el día siguiente. Estábamos cansados y sólo queríamos llegar al hotel a bañarnos y dormir una siesta.

Los Colorados salta cafayate
Aquí en Los Colorados se puede hacer trekking (sin subir a las formaciones)

Al otro día, después de dejar el hotel, hicimos el recorrido inverso. Ahora íbamos hacia Salta. Con la ventaja de estar descansados, ya conocer el camino y olvidarse un poco de las fotos y videos lo disfrutamos mucho más que el día anterior. Bajamos en Los Colorados, luego en el impactante Mirador Tres Cruces y por último en el Anfiteatro Natural, que está muy cerca de la Garganta del Diablo.

mirador tres cruces salta cafayate
Mirador Tres Cruces

Y en realidad hay muchos otros puntos para bajarse con formaciones muy caprichosas, como “El Sapo” o “El Obelisco” pero le dimos prioridad a aquellas que nos parecían imperdibles. No queríamos cansar a Nico y además el sol ya pegaba fuerte, por lo que preferíamos reducir la exposición al calor al mínimo.

Cubrimos su ventana del auto y él, fresquito, durmió bastante luego de la última parada, por lo que pudimos darle derecho hasta Salta. Sólo paramos en Coronel Moldes para comprar unas – adivinen – empanadas de almuerzo… que no fueron para destacar, sino no duden que les daríamos el dato.

En la capital salteña vendrían más aventuras, pero lo importante es que ya habíamos escrito nuestra propia historia en la Quebrada de las Conchas y es absolutamente inolvidable.

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