Uniendo Salta y Cafayate por la RN 68: primera parte

salta rio las conchas

Como les contamos en el blog y en nuestras historias de Instagram, una de las decisiones que tomamos para nuestro viaje de cuatro días a Salta fue unir la capital provincial con la ciudad de Cafayate y viceversa. Lo hicimos a través de la Ruta Nacional 68 donde sin dudas el principal atractivo es la magnífica Quebrada de las Conchas. Pero no es lo único que podemos ver en este maravilloso trayecto.

La esperada travesía de 196 kilómetros arrancó cuando retiramos el auto alquilado a través de Avis en el Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes. Teníamos encima bastante trajín ya que estábamos despiertos desde muy temprano, pero la emoción nos desbordaba. Tras finalizar el papelerío ingresamos en la ruta dejando la localidad de General Alvarado, donde se encuentra el aeropuerto, tomando rumbo sur hacia Cafayate. Los carteles nos avisan que estamos iniciando la Ruta del Vino.

El cartel que muestra los pueblos que componen el Valle de Lerma

Comenzamos a atravesar pequeños poblados enclavados en el valle de Lerma: Cerrillos, La Merced, El Carril, Coronel Moldes (el punto de partida para visitar el dique Cabra Corral), La Viña y Talapampa. Cuando pasamos por ellos aún vemos vestigios de la Salta colonial, con algunas construcciones que sorprenden, y en el medio, campos de maíz y tabaco. No faltan los carteles que avisan de la venta de empanadas salteñas, tamales, humitas y locro. El viaje ya comienza bien.

Aún perduran algunas construcciones coloniales, como esta en Coronel Moldes
“La Posada de Don Pancho” en Talapampa

Estos pueblos, hoy unidos por la RN 68, estuvieron conectados por el ramal C-13 del Ferrocarril General Belgrano, que sigue funcionando pero ya no corre desde 1971 en el tramo entre Cerrillos y Alemanía. Con una longitud total de 148 kilómetros, quedaron los rieles y las estaciones que se vislumbran al costado de la ruta. Hoy las estaciones son el punto de reunión del pueblo y de ferias de artesanías y comida. La más bella y restaurada de todas es la última, y allí fue nuestra parada para estirar las piernas y comprar algo para beber.

Alemanía (con acento en la i) es hasta donde la geografía le permitió llegar al tren. Es el preludio de lo que vendrá, por eso allí hay un centro de interpretación sobre la Quebrada de las Conchas (cerrado cuando fuimos), la estación convertida en confitería (funcionando) y el puente que cruza el río Las Conchas que baja de las alturas rugiendo a alta velocidad, arrastrando todo a su paso.

La estación de Alemanía, donde funciona una confitería, es un alto obligado en el camino

Aquí en Alemanía ya desaparecieron el valle de Lerma y los campos sembrados para darle lugar a las montañas, aún con vegetación, pero ya con colores rojizos que impactan. El río Las Conchas nos va acompañando, es uno de los grandes protagonistas de la geografía. El camino se hace cada vez más sinuoso, y lo mejor está por comenzar.

Continuará…

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