Una buena opción durante una visita a Ushuaia es alquilar auto. Hay muchísimos lugares cercanos a la ciudad y otros no tanto que valen la pena conocer. En nuestra planificación, estaba marcado como obligatorio ir a Tolhuin. El objetivo principal era conocer la histórica panadería que trágicamente se incendió al día siguiente de visitarla (habrá post aparte). Además, el camino por la ruta 3 es un deleite visual que no queríamos perdernos.
Hay muchas rentadoras de autos en la ciudad pero sin dudas están con menor cantidad de vehículos. Venía siguiendo los precios junto con la disponibilidad e iban agotándose poco a poco. En tiempos normales ya lo hubiéramos reservado meses antes pero con la dinámica de la pandemia lo hicimos sobre la fecha.
En este caso lo reservamos solo por un día. Suficiente para hacer los 100 km que nos separan de Tolhuin. Hay varias cosas más pero con un bebé son complicadas de hacer o insumen mucho tiempo y tampoco queríamos someterlo a un gran trajín. Demasiado se había bancado sin problemas el Tren del Fin del Mundo y la navegación por el Canal Beagle.
Retiramos el auto de Avis en la sucursal del centro y salimos a la ruta. Ya al salir de Ushuaia el paisaje se asoma imponente.
A los pocos kilómetros tenemos el río Olivia, donde se puede hacer rafting. Y un tramo más adelante el acceso al sendero para llegar a Laguna Esmeralda (el trayecto se hace a pie e insume 1:30 hs aproximadamente). Dos cosas que nos hubiera encantado hacer, pero ya llegará el momento con Nico más grande.
Casi a mitad de camino hay una parada ineludible: el Mirador Paso Garibaldi. Es el paso más alto de la ruta, a unos 450 metros sobre el nivel del mar. Ubicado en el km 3008 de la mítica ruta 3, tiene una particularidad: es el único paso carretero que atraviesa la Cordillera de Los Andes.
Desde el mirador, se pueden observar los lagos Fagnano y Escondido junto con el antiguo trazado de la ruta 3. Un pecado no detenerse aquí.
Continuamos viaje, ya del otro lado de la cordillera. El camino tiene algunas curvas, pero no tanto como el de los Siete Lagos, ni tiene la altura de la Cuesta de Miranda. Pasamos por algunas pequeñas poblaciones mientras los paisajes seguían maravillándonos. La última parada que hicimos fue en un mirador del Lago Fagnano.
Se hace muy llevadero el camino, además la ruta está realmente impecable. Seguramente influido por la pandemia, encontramos pocos vehículos en el recorrido, más que nada camiones.
Al poco tiempo llegamos a Tolhuin, pero eso lo dejaremos para un próximo post!
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