
Un paseo que disfrutamos mucho es el de los mercados. Generalmente son espacios con mucha tradición e historia que eran un punto central en el comercio de la ciudad. En los últimos años, muchos de ellos se fueron convirtiendo en polos gastronómicos que atraen especialmente a turistas. Y el Mercado de San Telmo no es la excepción.
Construido a fines del siglo XIX, está enclavado en la manzana de Estados Unidos, Defensa, Bolívar y Carlos Calvo. Hay varios pasillos para ingresar al mismo. Si bien año tras año se fueron agregando más locales gastronómicos, aún quedan puestos de venta de antigüedades, libros, especias, ropa, etc. También una verdulería, carnicería, pescadería y fiambrería.

Por donde sea que uno mire se puede apreciar toda la estructura original de tan antiguo edificio. Inaugurado en 1897, conserva el estilo con su cúpula central. En el año 2000 fue declarado Patrimonio Histórico Nacional.
Lo habíamos visitado ya un par de veces. Una de ellas en un recorrido guiado por el barrio. Teníamos pendiente ir y así comer en Je Suis Raclette, pero eso lo dejaremos para otro post. Hace un tiempo, en el marco de las reaperturas en la ciudad, se hicieron peatonales algunas calles aledañas para colocar mesas. Ahora, ya es posible consumir y sentarse dentro del mismo mercado. Además, se acondicionó un espacio colocando mesas y tablones para sentarse, con acrílicos separadores. También cuenta con baños públicos.

La variedad gastronómica es enorme. La comida local se hace presente con una parrilla donde degustar carnes y choripanes. Un clásico español como las tapas y pinchos tiene su espacio (como pudimos apreciar en el Mercado de San Miguel). Comida vietnamita, uruguaya, suiza, peruana, etc. Hay lugar para todos los paladares.

Por supuesto que no faltan las opciones dulces y de cafetería. Un clásico argentino como Havanna tiene su sector. Nuestro querido Coffee Town con su puesto justo debajo de la cúpula nos invita a pedir de su interminable carta de cafés de especialidad. Incluso cuentan con tostadora propia en el mercado. Si te gusta el café, es una parada obligada.

El Mercado de San Telmo se puede complementar con una visita a la Plaza Dorrego a tan solo una cuadra. Ya volvió la clásica feria con venta de artesanías y antigüedades. Por la zona hay muchos bares notables como El Federal, Plaza Dorrego o el Bar Británico.

Hay mucha, muchísima historia en San Telmo. No alcanza con una visita para conocerla toda. Por eso, mejor ir más de una vez y de paso probar las distintas opciones disponibles para comer.
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