Al otro día de haber conocido el lado argentino de las Cataratas cruzamos al país vecino de Brasil para visitar el Parque Nacional Do Iguaçú.
Algunos dicen que es mejor primero cruzar la frontera y después visitar el lado argentino, porque en el brasilero te “decepcionás” un poco. Es probable, pero uno ya sabe que en Brasil sólo está el 20% de los saltos, así que un poco lo imagina. De todas formas, la experiencia es hermosa también. Se dice que en el lado argentino participás de la escena y el brasilero es como la “platea”, pero les aseguramos que también salís empapado.
Para ir nos acercamos a la terminal de micros de Puerto Iguazú, donde paramos los cinco días que estuvimos, y compramos el ticket en el stand de Río Uruguay. Por supuesto hay varias empresas que van, nosotros nos manejamos con esa.
Este tip puede parecer una pavada porque hay que ir con Documento Nacional de Identidad a todos lados, pero ¡no se lo olviden! Porque hay que pasar por Migraciones en el medio del camino. Sino no podrán cruzar la frontera.
El lado brasilero, hay que decirlo, está mejor organizado en cuanto al ingreso al parque. Siempre lleven reales o tarjeta de crédito, ya que si nos toman el peso aún lo deben hacer a un valor poco conveniente para nosotros.
Luego de abonar hay que subir a un bus que te lleva a los saltos. Esta es una diferencia con el lado argentino donde los senderos arrancan a pocos metros del ingreso al parque y son bastante cortos.
Las vistas son mucho más lejanas pero se disfrutan también, especialmente al final donde uno se moja bastante (y no tiene sentido alguno comprarse los pilotos que te quieren vender: estamos en Cataratas, ¡hay que mojarse!).
Como la visita al lado brasilero es corta (no lleva más de 3 hs) nos cruzamos al Parque de las Aves que está a pocos metros.
Para regresar a Puerto Iguazú nuevamente tomamos el bus de Río Uruguay.
Para mucha gente aquí se termina el viaje a Cataratas. Lo típico suele ser visitar ambos lados de los saltos y no mucho más, pero nosotros sumamos la excursión a Minas de Wanda y Ruinas de San Ignacio.
