
Cuando planeábamos nuestras actividades a realizar en San Martín de Los Andes había una ineludible: hacer kayak en el Lago Lácar.
No descubrimos nada diciendo que es una ciudad realmente preciosa. El lago ayuda mucho a esa belleza, vislumbrarlo desde cualquier punto de la ciudad es un deleite visual. Pero no queríamos perder la posibilidad de hacerlo a la inversa: apreciar la ciudad desde el lago.

Hay muchas excursiones lacustres que se pueden hacer, no son nada económicas lamentablemente. Pero subirse a un kayak y remar para donde uno quiera en el lago da otra hermosa sensación de libertad.
Antes que nada queremos aclarar que no somos ningunos navegantes ni remadores expertos. De hecho, fue nuestra primera vez remando. No hay ninguna dificultad en hacerlo, además el lago está habitualmente muy planchado.

Visitamos San Martín a finales de marzo, ya el verano se terminaba y comenzaban los días más frescos. El día de nuestra llegada, luego de asentarnos y hacer las compras, fuimos a caminar por el lago. Ya era de noche y se sentía un frío importante.
Por suerte durante el día siempre nos acompañaba el sol, lo que hacía más agradable la estancia. Vimos que había kayaks siempre en la orilla pero nunca nadie remando. Nos acercamos a un lugar de alquiler y un señor muy amable nos brindó todo lo necesario. Trajes de neoprene, salvavidas, remos y al algua.

Luego de unos minutos remando ya entramos en calor, daban ganas de tirarse al agua. Muy entusiasmados, dimos varias vueltas sin mucho rumbo. Algunos aventureros se mandan hasta La Islita, a unos 5 km. Yo creo que de la emoción que teníamos podríamos haber llegado, pero era demasiado para la primera vez.
De hecho hay varias excursiones con guía a distintos puntos del lago. Incluso se ofrece una con merienda incluida en La Islita.

Estuvimos una hora, que era el tiempo que habíamos alquilado. Podríamos haber estado más ya que se disfruta mucho, no solo remando. Detenerse en el medio del lago y admirar el paisaje que nos rodea es una sensación indescriptible. Es una excelente manera de hacer ejercicio, disfrutando de un lugar maravilloso.
Felices y un poco cansados volvimos al alojamiento. Tocaba disfrutar de la pileta climatizada del lugar, razón casi excluyente de nuestra elección. A fin de cuenta, estábamos de vacaciones.
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