Luego de un día algo accidentado en Taboga nos quedaba por recorrer el último atractivo que teníamos planeado en el itinerario por Panamá. Nos referimos a Contadora, una isla perteneciente al archipiélago de Las Perlas, a una hora y media de la capital panameña en ferry.
Se llama así porque según nos dijeron en la isla se contaban las perlas que extraían los españoles en la época de la colonia.
En la isla se dieron acontecimientos históricos interesantes. Aquí se firmó la Declaración de Contadora donde algunos presidentes latinoamericanos apoyaron las negociaciones del presidente Torrijos para que EE.UU. entregue el canal a Panamá. Años más tarde también se reunió en la isla el Grupo de Contadora, una instancia nuevamente formada entre varios países del continente para promover la paz en Centroamérica que se encontraba amenazada por conflictos armados entre varios estados. En las décadas de los 70-80 la isla tuvo su protagonismo en todos los aspectos, en especial el político. Intento arriesgar una explicación y me inclino a que era un lugar más seguro y alejado de la influencia estadounidense tan presente en Panamá, especialmente porque en esa época aún controlaban el Canal.
Adquirimos el ticket para el viaje también en el stand de Sea Las Perlas en Albrook Mall, como hicimos para visitar Taboga. El precio, un tanto excesivo: 90 dólares, lo mismo que costó la excursión a San Blas que incluía varios traslados y almuerzo.
Nos presentamos en la terminal de Amador para hacer el check in – nunca se olviden el pasaporte – y subimos al ferry, que tiene aire acondicionado y cuenta con baños y un bar.
Luego de una hora y media y tras pasar por la isla cercana de Saboga, bajamos en Contadora.
Apenas arribamos en la playa Galeón donde se encuentra la pequeña terminal notamos la belleza del lugar. A metros está el aeropuerto, con una pista pequeña de 675 metros que ocupa el ancho de la isla. Es para aeronaves chicas y allí arriban vuelos privados y los de Air Panamá.
La isla no es muy grande pero no hay que confiarse, tiene un terreno irregular y montañoso, por lo que lo más recomendable es alquilar los carritos de golf para recorrerla. Nos salió 50 dólares para los cuatro.
La verdad dudábamos en alquilarlo pero qué bueno que lo hicimos. Fue muy divertido y práctico. Hubiera sido muy agotador recorrer a pie y con ese calor.
Anduvimos un rato y comprobamos que la isla tuvo una época de esplendor como habíamos leído. Prueba de ello son las ruinas del hotel Contadora que está ubicado en playa Larga, que tiene un buque encallado. A diferencia de Taboga, es evidente que en Contadora se asentaron las familias de más alto poder adquisitivo. Hay mansiones realmente increíbles.
La playa más linda de la isla, Ejecutiva, nos encantó y nos quedamos allí por un buen rato. Agua cristalina, cálida y todo solo para nosotros.
Seguimos camino y nos quedamos un rato en playa Cacique; allí hay un hotel donde se puede almorzar y que provee también de sombrillas y reposeras. Ese servicio se puede contratar directamente en el stand de Sea Las Perlas cuando se compra el ticket abonando un suplemento.
Luego almorzamos en uno de los pocos restaurantes que hay en la isla y volvimos a playa Ejecutiva para disfrutarla un rato más.
Alrededor de las 15 regresamos a la terminal para emprender el regreso a Amador.
La isla Contadora nos gustó mucho y si bien la infraestructura es limitada vale la pena la escapada a estas playas agradables y tranquilas a sólo hora y media de la capital panameña.
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