En este post les contamos nuestro itinerario de cinco días en Puerto Iguazú. Ahora vamos a la acción. El día posterior al arribar a la ciudad misionera fuimos por el plato fuerte: el Parque Nacional Iguazú, donde se encuentra el 80% de los 275 saltos de las Cataratas y que protege unas 68.000 hectáreas de selva.
¿Cómo nos trasladamos? En la terminal de ómnibus de Puerto Iguazú (ubicada a dos cuadras del Hotel Libertador) compramos el ticket en el stand de Río Uruguay y enseguida subimos al bus que te lleva hasta la entrada del Parque. Mucha gente adquiere la excursión, es decir, el traslado con guía. Por supuesto esa opción es más cara. Nosotros siempre preferimos no estar atados a los horarios de una excursión y recorrer a nuestro ritmo, pero obviamente son gustos.
Rata tip: a tres cuadras de la terminal de micros de Puerto Iguazú hay un supermercado que abre muy temprano (7 de la mañana), se llama Dagú. Ahí compramos agua y provisiones para hacernos unos sanguchitos y ese fue nuestro almuerzo en el parque donde los precios son excesivos. Eso si, coman rapidísimo porque los coatíes huelen la comida a kilómetros y van a buscarla.
No está de más recordar que no se olviden el Documento Nacional de Identidad. Los argentinos pagamos más barata la entrada respecto de los extranjeros, asimismo los residentes misioneros abonan menos. En la página oficial del parque pueden encontrar los distintos tipos de tarifas. Un dato importante es que si desean regresar al otro día al Parque presentan el ticket del primer día de visita y la nueva entrada les cuesta un 50% menos.
Tras pasar el ingreso al Parque Nacional Iguazú están los stands de las actividades pagas que pueden realizarse. No hace falta contratar nada para conocer las Cataratas, pero recomendamos enormemente, si pueden hacerlo, el paseo en gomón. Es alucinante. Nosotros hicimos el circuito completo, es decir el que te lleva en jeep por el sendero Macuco (allí te cuentan acerca de la historia del parque, la biodiversidad, etc) y luego se llega al muelle donde se embarca hacia los rápidos del río Iguazú. En ese momento te dan unas bolsas impermeables para guardar las pertenencias porque cuando uno se quiere acordar las Cataratas lo están empapando. ¡Se moja hasta la ropa interior! Aconsejamos hacer primero este paseo porque así se van secando, nosotros si bien llevamos ropa no nos cambiamos, hacía calor y permanecimos mojados. Al final del día estábamos completamente secos.
Los senderos para conocer los saltos son cortos, están bien señalizados y no tienen dificultad. Los paseos por los saltos son dos: superior e inferior. Salvo escaleras, tampoco tienen mayor dificultad. Aquí es donde aparece la magia. Caminar entre los saltos, ser empapados por ellos (y por alguna lluvia ocasional propia de este clima subtropical) y divisar alguna de las especies animales que habitan la zona es toda una experiencia inolvidable.
La Garganta del Diablo la dejamos para el final. Es lo más emocionante por eso creemos que con ella debe cerrarse la visita a las Cataratas. Al bajar del tren ecológico que deben tomar para ir hasta la Garganta van a tener un sendero largo, la pasarela sobre el río Iguazú. Aquí no hay sombra, es clave que se protejan la cabeza así como la piel con protector solar y repelente. Al llegar, se aprecia la frutilla del postre en este recorrido por una de las maravillas del mundo y gran orgullo argentino.
Tras finalizar el recorrido, presentamos el ticket del viaje de regreso a Puerto Iguazú en la parada de Río Uruguay y regresamos, exhaustos pero felices.
¿Cuánto tiempo les puede llevar recorrer los saltos? Nosotros estuvimos unas 7 horas, todo depende del ritmo que le metan, si van con chicos, si tienen movilidad reducida, etcétera.
En el próximo posteo sobre Cataratas del Iguazú hablaremos del lado brasilero, que visitamos al otro día.
