Si hablamos de España o más precisamente de Madrid, hablamos de historia, reyes, cultura, jamón ibérico (no les digas jamón crudo!) y especialmente de San Ginés.
Es una chocolatería que lleva más de un siglo dándole felicidad a la gente, precisamente desde 1894. Sirven varias cosas de cafetería pero su fuerte son los churros con chocolate.
Su chocolate es distinto al que se toma habitualmente en Argentina, lo hacen bien espeso. Sirven más de 10.000 por día, lo cual es un número exorbitante pero hay algo que ayuda mucho y es una verdadera maravilla: está abierto las 24 hs. Porque uno nunca sabe cuando necesita una buena dosis de chocolate con churros.
Siempre hay filas para ingresar, no solo por la demanda sino también debido a que el local no es muy amplio, tiene un salón pequeño y otro espacio similar en un subsuelo.
La ambientación es muy parecida a la de muchos bares y bodegones porteños: paredes repletas de fotos de personalidades famosas que visitaron el lugar.
Lógicamente, al dia siguiente de nuestra llegada a Madrid fuimos a desayunar allí. El servicio es bastante rápido, se puede ver en la barra una torre de tazas y un empleado con la jarra gigante sirviendo el chocolate sobre ellas, chorreando por los costados.
Los churros son distintos a los que estamos acostumbrados por estos lares: se hace una rueda enorme de churro y lo van cortando a ojo. La ración que acompaña al chocolate es de seis churros. Por supuesto que la forma de comerlos es mojándolos en el chocolate.
Es una parada obligada durante cualquier visita a la capital española. Hace poco iniciaron su expansión global instalando locales en Tokio, Shangai, Bogotá y Ciudad de México.
Tan obligada es la parada que la noche anterior a partir de Madrid, fui en solitario a despedirme de San Ginés a las 11 de la noche, porque recuerden lo que mencioné antes: está abierto las 24 horas.
En esta ocasión lo pedí con unas “porras” que son muy parecidas a los churros. La masa es un poco más gruesa y tiene unas leves diferencias en los ingredientes y la temperatura de cocción.
Un tip que les dejo es pedirse un necesario vaso de agua al terminar la panzada, para así meter algo de líquido ya que el chocolate es bien denso. Siempre tienen preparados varios vasos en el mostrador y son gratuitos.
Se ubica cerca de Plaza Mayor como así también de Puerta del Sol, siempre está a mano para darse un gustito. Por algo existen hace 125 años y como informa un contador en su página web llevan servidas casi 10.000.000 de tazas de chocolate.
Orgulloso de haber contribuido con 2 de ellas y esperando ansiosamente sumar muchas más.
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