Durante nuestro recorrido por cinco ciudades europeas nos vimos en el medio de manifestaciones en dos ciudades y escapando de una tercera protesta por muy poco.
Arribamos a Madrid un sábado al mediodía, desbordados de entusiasmo. Pese a tener un cansancio tremendo tras trece horas de viaje nocturno sin dormir y con la jornada previa a cuestas (viernes laboral como cualquier otro) nos aprontamos a caminar un poco la ciudad.
El invierno boreal se despedía mientras nos regalaba un sol hermoso que nos permitió salir en remera. A metros de nuestro alojamiento en Callao se encuentra la Gran Vía, la recorrimos hasta desembocar en la Plaza Cibeles, famosa por ser el epicentro de los festejos del Real Madrid.
Nos llamó la atención ver a varias personas con banderas catalanas e incluso con el antiguo pabellón de la Segunda República de España. A medida que avanzábamos veíamos más gente con pancartas e incluso un gran escenario montado con consignas en catalán.
Seguimos avanzando por el parque El Retiro mientras se multiplicaban las insignias catalanas y gente entonando canciones de protesta. Al dirigirnos rumbo al Museo del Prado las calles directamente estaban cortadas y se habían convertido en peatonales para el movimiento de los manifestantes.
Se trataba de una protesta de catalanes, pidiendo por la liberación de los presos políticos. Nos quedó grabada su proclama en catalán que repetían incansablemente: “Llibertat, presos politics”
Había muchísima gente pero por suerte todo fue en paz. En los alrededores se veían también muchas banderas españolas colgando de ventanas o balcones, desafiando la protesta catalana.
El sábado siguiente íbamos a escapar por unas horas de las famosas protestas de los chalecos amarillos en París, pero bien temprano nos tomamos el tren a Londres.
No obstante al llegar a la capital inglesa nos topamos con una gigantesca manifestación por el Brexit de la cual hablaremos en otro post…
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