De muy pequeña ya soñaba con conocer toda la Argentina. Las Cataratas del Iguazú eran, quizás, el lugar que más me obsesionaba. En 2015 finalmente pude concretar el gran anhelo de verme salpicada por esas “aguas grandes”, el significado de Iguazú en guaraní.
En esta oportunidad les cuento nuestro itinerario para ayudarlos a armar el suyo, algún que otro tip e historias de aquellos días… con alguna complicación.
Nuestra intención además de visitar Cataratas del Iguazú era conocer las ruinas jesuíticas de San Ignacio Miní. Así que necesitábamos tres días, más el de llegada y el de salida estuvimos cinco días en la ciudad misionera de Puerto Iguazú.
Armamos el paquete por Despegar a medida; incluía vuelo con Latam (me resulta mentira leerlo ahora que no harán más vuelos de cabotaje) y alojamiento en el querido hotel El Libertador que ya reseñamos acá. Al arribar al aeropuerto contratamos ahí mismo los traslados y nos llevaron al hotel. Ese día no hicimos más que disfrutar un poco de la pileta.
Al otro día conocimos el Parque Nacional Iguazú, es decir el lado argentino de las Cataratas. Volvimos al hotel alrededor de las 17 hs y nos quedamos un buen rato en el bar del lobby viendo un histórico partido de Copa Davis donde Leo Mayer jugó más de 6 hs para derrotar al brasileño Souza. Día inolvidable: conocimos Cataratas y vimos el single más largo de la historia de la Davis (para nosotros, que nos conocimos gracias al tenis, era el día perfecto).
El tercer día visitamos el lado brasilero de las Cataratas del Iguazú. Este paseo lleva menos tiempo; por lo que le agregamos la visita al Parque das Aves.
(Habrá posteos detallando todo, no se preocupen!)
Ese día también fuimos al Duty Free Shop de Puerto Iguazú. Para ello nos tomamos un taxi. Sólo compré alguna crema. Me sorprendió ver a los brasileros llevándose changos llenos de nuestros tan bien ponderados vinos.
¿Cómo nos movimos hacia y desde los parques? Estábamos a dos cuadras de la terminal de micros de Puerto Iguazú así que fue muy fácil: nos acercamos al stand de Río Uruguay (una de las tantas empresas que van) y compramos los pasajes de ida y de vuelta en el momento. Te dejan en la puerta del ingreso a cada parque.
Como adelanté, el último día completo lo dedicamos a visitar las Minas de Wanda y las ruinas de San Ignacio. Contratamos la excursión allí mismo en Puerto Iguazú. Es bastante larga, toma todo un día pero vale 100% la pena.
Finalmente el día que debíamos regresar a Buenos Aires nos quedaban unas horas antes de ir al aeropuerto (ya habíamos arreglado el traslado con la misma empresa que nos había llevado al hotel al arribar) por lo que hicimos el check-out, dejamos nuestras valijas y nos fuimos a caminar por la costanera y así llegar al famoso Hito Tres Fronteras, bajo un intenso calor misionero de marzo.
Volvimos al hotel ya para aguardar al chárter cuando nos encontramos con una inesperada noticia que me avisaba mi papá por sms: había paro de trabajadores de Latam.
A esta altura éramos bastante novatos en tema vuelos/paros/cancelaciones y entramos en pánico. ¿Cómo volvemos a casa? Empezamos a llamar a Latam, pero era imposible comunicarse. Nuestro vuelo había sido cancelado. No sabíamos qué hacer. Así que luego de pensar y pensar, fuimos a la oficina de Aerolíneas Argentinas en Puerto Iguazú y compramos pasajes a Buenos Aires. Ahí nos enteramos que eso de que el pasaje de última hora es barato era un verso. Nos salió carísimo en ese entonces. Cosas de novatos, porque la verdad nos hubiera convenido, probablemente, reservar una noche más de hotel y aguardar o ir al aeropuerto a que Latam nos reubicara con otra aerolínea.
En fin, un viaje que había sido perfecto terminó un poco mal como nos había pasado en Búzios, tal como contamos en este post. Era apenas nuestro sexto vuelo y otra vez teníamos problemas. No serían los últimos… Pero bueno, la tensión duró ese día y luego se nos pasó (por otra parte, obtuvimos reembolso de Despegar por el vuelo de Latam que no pudimos tomar).
Hoy recordamos aquellos días con felicidad y todo el tiempo queremos regresar a ese sitio tan espectacular, que luego fue elegido como una de las maravillas del mundo.
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