No conozco a nadie que no le guste la pizza. Debe ser, junto con la hamburguesa, una de las comidas más universales que existen. Hay muchos tipos de pizza de los cuales hemos tenido la suerte de probar varios estilos. Sin lugar a dudas la que más nos gusta es la argentina pero hoy hablaremos de Pizza Hut.
Ya sabemos que la pizza nació en Italia y que ellos la hacen así desde hace un millón de años pero no jodamos: pónganle más queso muchachos. En nuestro primer día en Roma al sentarnos en un lugar y pedirnos una pizza (eran las 4 de la tarde, pero ¿a quién le importa?) nos llevamos una gran desilusión al recibir esa masa finita con casi nada de queso/mozzarella.
Por suerte, a lo largo y ancho del globo nos encontramos con una cadena que al menos nos va a garantizar la uniformidad a la hora de servirnos una pizza.
Pizza Hut se creó hace más de 60 años en Estados Unidos, más precisamente en Wichita, Kansas (que hermoso nombre para una ciudad).
Tiene la particularidad que se sirve al gusto: se puede optar por media masa, finita, pizza pan, etc.
También se pueden elegir los tamaños: individual, tradicional, familiar. Se adaptan a los gustos y costumbres locales incorporando ingredientes autóctonos… es muy variado su menú.
Quizá le hayamos tomado especial cariño allá por 2016 en los Juegos Olímpicos de Río, donde llevábamos una semana de comer mal. Primero por los horarios, al ir de una sede a otra para los diferentes eventos terminábamos comiendo apurados y cualquier cosa que veíamos. Segundo, la gastronomía brasileña es desastrosa y repetitiva tiene pocas opciones y no se destaca mucho.
Vimos en Google Maps que había un Pizza Hut cerca de donde íbamos a ir… en realidad queríamos ir a comer pizza y buscamos algo cerca para hacer. Cuando probamos el primer bocado fue como encontrar agua en el desierto. Encima tenían la modalidad de refill de bebidas, recuerdo tomar un té helado delicioso.
Fue nuestra primera vez en un Pizza Hut ya que éramos muy pequeños y pobres cuando la franquicia estuvo en Argentina (fueron dos desembarcos y dos cierres, el último de ellos en 1998).
Luego comimos en New York pizzas individuales, en París una espectacular de queso raclette en un banquito frente a la Torre Eiffel (que nivel!!) y más recientemente en Playa del Carmen una “al pastor” que estuvo genial también; en este caso incluía ananá y jalapeños, bien mexicana.
Son de esos lugares que cuando no sabés que comer o estás en duda te salvan. No te van a fallar, es ir a algo “conocido”.
La franquicia tiene locales en más de 100 países! Cuentan con una fuerte presencia en América Latina excepto en tres países: Bolivia, Uruguay y… ARGENTINA.
No obstante tenemos que decir que la pizza nuestra es realmente muy buena y seguramente por eso no hayan tenido éxito en sus dos incursiones.
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