Hoy es 20 de junio y se cumple un nuevo aniversario del paso a la inmortalidad del creador de nuestra bandera, Manuel Belgrano. Por eso nos pareció oportuno hablar de este sitio tan especial donde la insignia nacional fue izada por primera vez el 27 de febrero de 1812.
Fuimos a Rosario dos veces, la primera en 2011 y la segunda en 2018. La primera vez en auto, la segunda en avión. Dos visitas donde repetimos actividades innegociables como tomar algo en el mítico bar El Cairo o pasear por el Parque Independencia. El Monumento a la Bandera también es de esos lugares por los que pienso pasar cada vez que vaya a Rosario, porque es fascinante y me emociona, como buena amante de la historia argentina.
La primera vez que conocimos el Monumento fue de noche. Para quienes no lo visitaron aún, este es un tip importante. ¡Vayan de día y de noche! Porque cuando se oculta el sol se encienden las bellísimas luces celestes y blancas que iluminan el lugar.
De día, además de recorrerlo, ingresamos al salón de las banderas y subimos al mirador, desde el que se obtiene una vista panorámica de la ciudad y del río Paraná. Y donde uno trata de imaginar aquel día en el que, aquí, Belgrano izó la bandera y la hizo jurar frente a las baterías Libertad e Independencia.
El Monumento a la Bandera se divide en varios espacios que, juntos, simulan la forma de una nave: la Proa (donde se encuentra la torre de 70 metros con el ascensor para acceder al mirador), el Patio Cívico y el Propileo. Todo tiene su significado. Resumidamente, la Proa homenajea a la Revolución de Mayo de 1810; el Patio Cívico, los obstáculos para organizar el país; y el Propileo representa a la nación organizada tras la Constitución de 1853. En el Propileo se encuentra la Llama Votiva y debajo de ella yacen los restos del soldado desconocido del combate de San Lorenzo.
En nuestra primera visita a Rosario fuimos también a San Lorenzo que se encuentra a 30 km. Visitamos el histórico convento y el sitio donde el Libertador José de San Martín ganó el único combate que libró en suelo argentino. Es otra actividad emocionante y muy linda para realizar en la provincia de Santa Fe.
En el subsuelo del Propileo se encuentra la Galería de Honor de las Banderas de América y la Sala Antártida Argentina. Allí además se exhibe una de las banderas que flameó en Malvinas en 1982.
El Monumento se inauguró en 1957 y varias décadas más tarde se incorporó el Pasaje Juramento donde se ubicaron las estatuas de la escultora argentina Lola Mora, otro de los grandes atractivos del lugar.
Para variar, uno de los arquitectos que diseñó el Monumento es Alejandro Bustillo. Nunca deja de sorprenderme, cuando viajo por el país, la huella que dejaron los Bustillo en todo nuestro territorio. Por ejemplo Alejandro es también el arquitecto del NH Gran Hotel Provincial de Mar del Plata, como contamos acá.
En fin, como verán el Monumento Histórico Nacional a la Bandera (su nombre completo) no es una simple construcción, tiene mucho simbolismo, es una obra arquitectónica fascinante y por supuesto un sitio muy importante de nuestra historia. Aquí encuentran los horarios de ascenso al mirador y cómo llegar, pero además les recomendamos que lean la página oficial porque allí está bien detallada toda la simbología de cada parte del espacio.
Amamos Rosario y el Monumento contribuye mucho a ello. Y luego de visitarlo es imposible no sentarse frente al Paraná y comer algo rico de lo que preparan los carritos gastronómicos del lugar, disfrutando una vez más de la ciudad que siempre estuvo cerca.
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