No sé si saben pero amamos los trenes, uno de los medios de transporte más antiguos aún vigentes. Tuvimos la suerte de subirnos a La Trochita, también si bien no es un tren conocimos el cable carril de Chilecito con su tremenda historia. Nos quedan pendientes varios como el tren a las nubes en Salta o el del fin del mundo en Ushuaia… ya llegarán.
Eurostar es la empresa que conecta París con Londres a través del Canal de la Mancha por medio del Eurotúnel. También tienen otras rutas como Bruselas o Amsterdam.
Son trenes de alta velocidad que superan los 300 kilómetros por hora, reduciendo esa velocidad a la mitad cuando se ingresa al túnel.
Dicho túnel tiene unos 50 km de longitud y una profundidad promedio de 40 metros.
Para organizar nuestro periplo europeo teníamos casi todos los traslados cubiertos con pasajes de avión para maximizar la maravillosa promoción de Iberia y sus millas (aquí les contamos sobre esto) pero había un viaje ferroviario que era innegociable: tomar el Eurostar.
Ya armado el itinerario y definida la fecha en que haríamos el viaje, habia que armarse de paciencia hasta conseguir el ticket al menor precio posible. Me suscribí a la página oficial para que manden las ofertas que iban saliendo. Normalmente las ofertas eran para hacer el viaje ida y vuelta, lo cual no aplicaba para nosotros ya que era solo ida lo que buscábamos.
Terminamos consiguiendo un valor de 54 euros por persona saliendo temprano a la mañana desde París. Siempre lo veíamos más caro (se abarata si salís más tarde) así que cuando apareció ese valor no dudamos y sacamos.
Aunque lo paguemos algo más sigue siendo económico respecto al avión y mucho más práctico porque no implica grandes desplazamientos hacia y desde los aeropuertos, las estaciones de tren normalmente están en los centros de las ciudades por lo que nos ahorramos tiempo y dinero en transportes.
En nuestro caso la salida era desde la estación Gare du Nord en París rumbo a St. Pancras International en Londres.
Hay que ir con tiempo, recuerden que hay que hacer migraciones al salir o entrar desde cualquier país europeo al Reino Unido ya que este no forma parte del espacio Schengen (un tratado internacional firmado por varios países europeos que permite la libre circulación de personas entre los países firmantes). Se hace Migraciones de salida (porque se abandona Francia) y de entrada: en Gare du Nord hay un funcionario británico que te toma el ingreso al Reino Unido. Tras unas preguntas de rigor (cuánto tiempo nos quedaríamos en Londres, qué íbamos a hacer allí) nos aprobó el ingreso y pudimos subir al Eurostar. Todo este proceso más el control de seguridad lleva mucho tiempo, por eso insistimos que lleguen a la estación al menos con dos horas de antelación.
Hay tres clases: standard (la que viajamos nosotros), standard premier (mayor espacio entre asientos, snacks y bebidas) y business premier (más equipaje, comida hecha por un chef servida con champagne y acceso a sala VIP).
Con la standard se viaja muy bien, todos los vagones cuentan con wifi, enchufes franceses y los extrañísimos tomacorrientes británicos, el espacio entre asientos supera ampliamente al de un avión y son mucho más cómodos. Además se pueden llevar dos valijas grandes y una de mano.
Cuenta con un vagón bar donde se pueden comprar algunos snacks y bebidas.
Más info en: https://www.eurostar.com/rw-en
Es un viaje muy placentero, apenas se siente el movimiento pese a ir a alta velocidad. Se disfruta mucho y en solo 2:20 hs se cubren los 340 km de distancia entre ambas capitales. Parece mentira viajar a través de un túnel bajo el agua, es una experiencia de esas que se recuerdan por siempre.
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