En Semana Santa del 2019 cumplimos un pendiente de muchos años, hacer la excursión de alta montaña en Mendoza, Argentina.
Si bien aún nos resta conocer mucho de nuestro país, creemos que esta es una de las actividades más lindas que se pueden hacer. Para los argentinos resulta emocionante pues viajar bordeando la cordillera recuerda mucho a la gesta del general San Martín que tras cruzar los Andes por esta zona liberó a tres países del dominio realista (Argentina, Chile y Perú).
En el caso de contar con vehículo propio o alquilado el circuito lo pueden hacer perfectamente solos. Pero la excursión tiene el plus de ir con guía y desentenderse del manejo del auto que, por momentos, no es fácil. Por eso ir con conductores de la zona, más experimentados, está bueno también.
Contratamos el tour por Despegar antes de viajar a Mendoza. Imprimimos el voucher y se lo presentamos a la guía que previamente se contactó para confirmar la hora en que nos pasarían a buscar por nuestro alojamiento. Al recogernos apenas lloviznaba, por suerte el tiempo luego mejoró.
Tomamos desde Mendoza Capital la ruta 82 pasando por Luján de Cuyo, Chacras de Coria y Cacheuta, donde se encuentra el famoso hotel termal. La primera parada fue en Potrerillos, donde estiramos las piernas y admiramos el embalse durante unos minutos. Ahí ya nos internamos en la maravillosa ruta nacional N°7, la estrella del recorrido.
La siguiente parada fue en Uspallata. Allí hicimos uso de los sanitarios.
El viaje continuó y la próxima parada fue muy cortita, apenas para divisar a lo lejos el volcán Tupungato.
A todo esto el viaje continuaba entre medio de las montañas que a medida que se asomaba más el siempre brillante sol mendocino destacaba sus colores tan hermosos.
Luego llegó uno de los momentos esperados, bajar en el ingreso al Parque Provincial Aconcagua. Tras una caminata de pocos metros arribamos al mirador del pico más alto de América.
Luego de admirar el Aconcagua hicimos uso de los sanitarios y seguimos viaje. Lo que continuó fue la subida al Cristo Redentor, el monumento que marca el límite argentino-chileno. Para ello hay que subir unos 10 km en camino de ripio lleno de curvas. La verdad ahí sí tuvimos un poco de “miedo” por primera vez. ¡Mejor no mirar hacia abajo! Ya arriba del Cristo no soportamos mucho estar fuera de la camioneta. Sacamos un par de fotos y nos volvimos a meter dentro del vehículo. El viento era tremendo, estábamos a 4000 mts sobre el nivel del mar.
Un tip importante, si sufren de mareos o la altura los afecta pueden tomar alguna medicación o tener algún chicle para masticar. Yo me sentí bárbara aún transitando el tercer mes de embarazo, no me hizo falta tomar nada, pero si ustedes ya saben que sufren con la altura pueden consultar a un médico antes de viajar para que les recete algo.
Finalizada la visita al Cristo bajamos para almorzar en un parador muy cercano al Puente del Inca, que fue la siguiente y última atracción del viaje. Alguna vez fue un importante lugar de veraneo con sus aguas ricas en minerales, pero el desmoronamiento de la montaña se llevó puesto al hotel y hoy quedan sus ruinas. En Puente del Inca también hay sanitarios y una feria donde se pueden comprar recuerdos.
Y finalmente emprendimos la vuelta a Mendoza Capital, a la que arribamos alrededor de las 19 hs. No hicimos el mismo camino luego de Potrerillos, sino que regresamos por la icónica RN 40.
La excursión es larga, en total son casi 12 hs de duración pero vale la pena. El tour de alta montaña es, sin dudas, de las actividades más lindas que podemos hacer en nuestra bellísima provincia de Mendoza.
Deja un comentario