El último día de nuestro fin de semana sin pausa había arrancado en Villa Unión, provincia de La Rioja. Desde ahí hicimos la Cuesta de Miranda (lo contamos en este post) para arribar a la ciudad de Chilecito donde teníamos la intención de conocer su histórico cable carril.
Se empezó a construir en 1903 por una empresa alemana. Fue encargado por los ingleses que estaban explotando la mina La Mejicana (extraían cobre, plata, oro y otros minerales). La construcción demoró 18 meses y en 1904 se puso en funcionamiento.
Actualmente están abiertas al público las dos primeras estaciones del cable carril. En total son nueve y salvo la tercera (se puede llegar con vehículo, preferentemente 4 x 4) al resto se puede acceder haciendo trekking pero es recomendable hacerlo con guía ya que implica adentrarse en alta montaña.
En la primera estación hay un museo donde se exhiben todo tipo de objetos que se usaban en la época. Podemos ver herramientas, repuestos, planos y también hasta un registro fotográfico. Todo mientras la guía te cuenta la historia que es bastante triste en realidad ya que las jornadas de trabajo eran extenuantes y bajo condiciones precarias no sólo para los trabajadores sino también para las mulas que se utilizaban para cargar equipos y minerales.
Es el más largo y más alto del mundo, tiene unos 36 kilómetros de extensión y en su punto más alto alcanza los 4603 metros sobre el nivel del mar. Hablamos en presente porque si bien dejó de funcionar en 1926, la estructura sigue en pie.
Ya repletos de información partimos para la estacion Nº2, el camino es fácil ya que hay que seguir los tendidos del cable carril por la ciudad. Es una avenida con un boulevard hasta que empieza a elevarse el terreno y aparecen las curvas.
Tras un breve trayecto llegamos a la Estación Nº2 “El Durazno”, allí se encuentra entre otras cosas la caldera y la estructura que servía de posta.
Aquí ya estamos a 1500 metros sobre el nivel del mar lo cual nos hizo pensar lo increíble de realizar semejante obra a principios del siglo XX. Más aún, como hicieron para construir la última estación que está a 4600 metros, realmente una obra impresionante.
En la estación El Durazno existe un restaurante llamado “El Gran Pez” que estaba cerrado cuando fuimos.
Lamentablemente muy poco de los beneficios por la explotación de la mina quedó para la población local. Básicamente, es una historia más dentro de la eterna discusión de la Argentina productora de materias primas y compradora de productos manufacturados, que dejó sangre y sudor en aquellos vagones que se iban para el puerto y luego hacia las potencias. Acá quedaron los muertos… y no mucho más.
El ferrocarril siguió funcionando varios años más pero hoy ya no está operativo.
En la década de los 90, el cable carril se volvió atracción turística y alguien tuvo la “genial” idea de utilizarlo como transporte de personas. La tragedia no tardó en llegar, se desengancharon los carros y murieron dos personas tras caer al vacío. Obviamente, luego de eso no volvió a utilizarse de ese modo.
La historia del cable carril no deja de ser amarga, pero es interesante. Para reflexionar sobre la Argentina de aquellos años y para admirar la monumentalidad de una obra imposible. Les recomendamos a todos el paseo si andan por Chilecito, parada obligada si van a La Rioja.
Ojala pueda algún día ir por los paisajes y con lo que me gustan las antigüedades,algún souvenir me voy a traer
Sin dudas te va a encantar! Y la cantidad de antigüedades que hay es impresionante. Además, el camino para llegar a Chilecito es hermoso.