Comiendo pollo frito ilimitado en Popeye’s gracias a Messi y Maradona

Popeye’s es una de las tantas cadenas norteamericanas de pollo frito (a nuestro país solo llegó KFC). Se especializa en pollo al estilo sureño (fue fundada en Louisiana) con platos de la gastronomía cajún que es de origen franco-canadiense. Nosotros desconocíamos de su existencia y dimos con ellos de una forma curiosa.


Durante nuestro viaje a New York habíamos ido a comer hamburguesas a Five Guys (prometemos hacer post de ese gran lugar) y descubrimos la maravillosa Coca Cola Freestyle Machine, una máquina donde podes elegir 100 sabores de la marca, no solo gaseosas sino también jugos como Minute Maid (en Argentina se conoce como Cepita) o bebidas isotónicas como Powerade (tambien disfrutamos dicha maquina en nuestra visita posterior a World of Coca Cola). Además cuenta con la modalidad de refill por lo que podes servirte cuantas veces quieras.

Coca Cola Freestyle Machine


Atraído por esa encantadora máquina busqué en internet donde más podría encontrarla (si, hasta ahí llega mi fiebre por Coca Cola).
Resulta que en la página oficial hay un mapa con todas las locaciones de la máquina (y yo que pensaba que estaba loco). Vi con alegría que una de ellas estaba a solo una cuadra de nuestro alojamiento en Harlem, se trataba de un local de pollo frito llamado Popeye’s. No nos quedaba otra que ir.

En Estados Unidos tienen la costumbre de cenar temprano. Por eso muchos locales de comida no están abiertos hasta muy tarde, excepto los ubicados en las zonas con más movimiento turístico. El local de Popeye’s en cuestión cerraba a las 23 y para ese día finalizábamos nuestras actividades viendo un partido de hockey sobre hielo en Brooklyn que terminaba 21:30 aproximadamente.
Si bien no sobraba el tiempo deberíamos llegar bien… deberíamos.

Viendo NHL en el Barclays Center de Brooklyn

Salimos a horario del estadio y nos tomamos el metro enfrente, era un viaje largo con combinación de estaciones. Pero terminó siendo más extenso de lo que pensábamos ya que por las noches y fines de semana constantemente se hacen obras en el metro. Sufrimos varias demoras no sólo en este trayecto sino a lo largo de la estadía en New York.

Terminamos llegando al local a las 22:55 y entramos con mucha culpa. Había 3 empleados: la cajera, un muchacho en la cocina y un viejito limpiando y poniendo las sillas arriba de la mesa, no quedaban dudas que estaban cerrando.
No estábamos muy hambrientos por lo que pedimos un solo combo para los dos. Mientras nos preparaban el pedido (se pusieron hacer papas fritas sólo para nosotros) aproveché para usar la máquina de gaseosas lo máximo posible mientras conversábamos entre nosotros.

pollo frito
El ticket de nuestra compra: 5 piezas de pollo, papas fritas, pan y gaseosa

En ese momento la cajera (que resultó ser latina) al oírnos hablar en castellano nos preguntó de donde éramos. Al decirle Argentina empezó a decirnos que era un hermoso país y que el empleado de la cocina es de Bangladesh pero fanático de Argentina por lo que lo llamó a los gritos.
El muchacho decía que era fan de Messi y discutía con la cajera que retrucaba con Maradona. Mientras tanto ella armaba nuestro pedido y para nuestro asombro agarró dos cajas (habíamos pedido solo una) y empezó a llenarlas de pollo, biscuits (un pan que se usa para acompañar el pollo frito) y papas fritas. No conforme con eso nos consultó si nos gustaban los mac & cheese (fideos con queso), le dijimos que si pero que realmente era mucha comida.

pollo-frito
Las dos cajas desbordando de comida

Entramos pensando que nos iban a echar por la hora y nos fuimos con la buena onda de esas dos personas y repletos de comida. Las cajas no cerraban de tan llenas que estaban. Tal vez influyó el hecho de que les había sobrado comida, no lo sabemos, la cuestión que nos dimos una panzada esa noche en el alojamiento y ¡sólo pudimos terminar una caja!

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