Historias caminando por el mundo vestido de azul y amarillo

Hoy, 3 de abril de 2020, cumple 115 años el Club Atlético Boca Juniors. Saben ustedes que soy hincha y al igual que Nico, socio también 😛 . Y si no lo sabían basta con mirar las fotos en nuestro post de presentación o en Quienes Somos.
Pero… ¿Qué tiene que ver esto con un blog de viajes? Es que gracias a Boca se generaron algunas anécdotas y charlas con personas de distintos lugares del mundo donde estuvimos y queremos compartirlas.

Suelo llevar ropa de Boca en los viajes. Camiseta, campera, pantalón, lo que sea. Simplemente para lucir los colores en lugares emblemáticos alrededor del mundo, pero con los viajes se fueron dando saludos, comentarios, charlas… por lo que ahora tener algo del club puede ser un disparador para una nueva anécdota viajera.

La primera interacción se dio en un viaje a Búzios que hicimos allá por 2012 (el que terminó con un retraso de 12 horas con mudanza de aeropuerto y durmiendo en los pisos del Galeão, ya les contaremos). Teníamos una excursión a Río de Janeiro y, entre otras cosas, subiríamos al Cristo Redentor, no podía faltar la foto con la camiseta!
Al subir a la combi se dio la siguiente charla con nuestro guía:
– ¡Boca! ¿Cuántos torcedores (hinchas) tienen?
– No sé, 15 o 20 millones. (fue lo que me salió responderle, sorprendido con la pregunta).
– Ja! Flamengo tiene 33 millones. – (nada mal, pero Brasil tiene el quintuple de población respecto a Argentina).
– ¿Ah si? Boca tiene 6 Copas Libertadores, ¿cuántas tiene Flamengo?
– Ehh… andá a sentarte. – (Hasta ese momento solo tenían una).

Lejos de generar una discusión sirvió para romper el hielo y a lo largo de la jornada tuvimos la mejor onda con él y el chofer.

Boca

En el viaje a New York allá por noviembre de 2017, al día siguiente de nuestra llegada se jugaba un River-Boca. Iba siguiendo el partido cuando enganchaba algún WiFi y para seguir los minutos finales nos metimos a un McDonald’s. Finalmente fue triunfo de Boca por 2 a 1 y varios argentinos al verme con la campera xeneize me preguntaban como había salido el partido o me saludaban festejando el triunfo, como cuando estábamos en las escaleras de Times Square y se acerca un bostero preocupado preguntando por el resultado.

Boca Juniors

Al día siguiente visitamos Jersey Gardens, un shopping enorme ubicado en New Jersey. Estaba maravillado viendo la cantidad de bebidas desconocidas para mi en una máquina de gaseosas y luego de elegir una Fanta de ananá (se las recomiendo) un muchacho se dispuso a sacar una bebida. Desconozco que problema tenía que no podía comprar y al ayudarlo me agradeció y dijo «soy seguidor del Boca Juniors también».
Resultaba ser un costarricense realmente fanático de Boca que me nombraba jugadores de varios años atrás y juraba que entre los tres estadios del mundo que quería conocer estaba La Bombonera.

Pero no sólo latinoamericanos fueron los que entablaron una conversación futbolera. Caminaba una vez más con mi campera por París con una pizza de Pizza Hut en mis manos, íbamos para la Torre Eiffel con la intención de improvisar un almuerzo en un banco de plaza con la torre de fondo cuando en una esquina a punto de cruzar la calle, un mozo en un español bastante bueno me dice:
– ¡Boca Juniors! A mi no me encanta ese equipo. Yo soy del equipo de Marcelo Bielsa.
– ¿Vélez? (le digo erróneamente, pero fue lo que me salió en el momento)
– ¡No, Newell’s!

Conversamos un rato, hablamos de la final de la Copa Libertadores que se había jugado pocos meses atrás y no comprendía por qué se tuvo que jugar en Madrid. La respuesta nuestra casi al unísono fue ¡nosotros tampoco!

Boca Juniors

Pocos días después, caminando por una estrecha calle en Roma un hombre desde la vereda de enfrente grita (como buen italiano):
– ¡¡Boca Juniors!! Io sono el primo de Martín Palermo. (así, mezclando italiano y español)
Obviamente cruzamos la calle a hablar con esta persona que mientras llegábamos sacó su billetera y mostró su documento: Alessandro Palermo.
Entre risas nos contó que no era el primo pero que amaba Argentina, que había estado en el país hace poco donde visitó La Bombonera y aseguró que la mejor pizza la comió en Güerrín y las mejores empanadas en Las Cuartetas.

Estas son algunas de las anécdotas recolectadas durante nuestros viajes, a mí me pasa con ropa de Boca pero seguramente a ustedes también les pase con sus equipos. ¡Son bienvenidas sus historias en los comentarios!

4 comentarios

  1. BUENISIMO GERMAN!!!!! SI SEÑOR!!!! muy interesante, y no tengo dudas que a Nico le encantara el dia que lo vea y lo entienda. Un beso.

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