Soy un fanático de Coca Cola, siempre fantaseaba con la idea de algún día ir a su sede central en Atlanta aunque sea en una escala larga. Le di muchas vueltas al tema hasta que en un viaje que teníamos planeado a Miami en junio 2019 encontré la manera de meter la escala en Atlanta que, de yapa, nos abarataba el valor del vuelo.
Lo que no imaginamos fue la cadena de infortunios que se fueron sucediendo y que casi impiden cumplir este deseo.
Primero, a Dallas
Tomamos el vuelo nocturno de American Airlines desde Ezeiza a Dallas, de ahí íbamos a tener poco menos de tres horas para conectar a Atlanta. Como veníamos haciendo en nuestros últimos viajes, no despachamos equipaje por lo que agilizaríamos la conexión al no tener que retirar las valijas al llegar. Todo arrancó bien, embarcamos a horario, el avión fue camino a la pista pero al llegar… se volvió! Nos avisaron que había un inconveniente que iban a intentar resolver (un problema en un turbina, dijeron luego). Finalmente salimos con casi dos horas de retraso de Ezeiza por lo que la conexión a Atlanta empezaba a peligrar y mi deseo de ir a Coca Cola a complicarse.
Luego a Atlanta… o ¿Alabama?
Por suerte recuperamos bastante tiempo en el aire y llegamos con aproximadamente una hora y media para la conexión.
Cuando estábamos por aterrizar una azafata nos preguntó hacia dónde íbamos (si bien el vuelo era a Dallas, al ser la base de operaciones de American Airlines la mayoría tiene una conexión hacia otro destino), al contarle sobre nuestro itinerario nos sonrió y aseguró ser descendiente de John Pemberton, el creador de Coca Cola. Nunca sabremos si era cierto pero tuvimos una agradable charla con Rachel y la anécdota quedará por siempre.
Luego del aterrizaje, migraciones fue bastante rápido y como no despachamos equipaje enseguida estábamos en nuestra puerta esperando para embarcar.
A poco de aterrizar en el inmenso aeropuerto Hartfield – Jackson el piloto nos comentó que estaba lloviendo mucho en Atlanta y al rato noté como el avión empezó a dar vueltas y vueltas y vueltas… Luego nos comunica que el aeropuerto estaba cerrado por tormenta y que de persistir esa situación deberíamos aterrizar en Birmingham, Alabama.
Efectivamente, el clima no mejoró y nos fuimos a Birmingham, ya mi esperanza se esfumaba… Al aterrizar nos avisan que debían cargar combustible y esperar el aviso de apertura del aeropuerto de Atlanta para finalmente partir hacia allí. Por suerte no nos hicieron bajar del avión porque de haber sido así yo creo que no salíamos más. O por lo menos íbamos a perder varias horas.
Ahora si, Atlanta
Luego de recibir la bendita confirmación, despegamos hacia nuestro destino original. Aterrizamos pasadas las 3 de la tarde (por suerte era sábado y World of Coca Cola permite ingresar hasta las 6, los demás días es hasta las 5). Teníamos que tomar el MARTA (el subte de la ciudad) que tiene dos líneas que van paralelas y salen del aeropuerto.
Al subir por la escalera de la estación escuchamos como una formación acababa de irse y recién vendría la siguiente en 20 minutos. No importa pensé, total hay otra línea… la otra línea estaba en reparaciones y no operaba ese día. En ese momento pensé que jamás llegaría al hotel, que sería muy tarde para ir a World of Coca Cola y que jamás en mi vida ni yo, ni tampoco mis hijos, nietos y bisnietos podrían ir jamás de los jamases. Ya era demasiada mala suerte junta.
Finalmente, la meca
Totalmente resignados tomamos el subte, llegamos al hotel Sheraton donde teníamos alojamiento y no había terminado de entrar a la habitación que ya estaba pidiendo un Uber. Entramos a World of Coca Cola alrededor de las 5 de la tarde (si bien la admisión era hasta las 6, se puede permanecer hasta las 7) por lo que pudimos recorrer sin apuro (con guía incluído la primera parte del paseo).
Luego de recibir la charla de la guía y de ver un corto en un microcine, el recorrido continuó a nuestro ritmo.
Nos encontramos con la sorpresa de que está exhibido un vehículo que fue utilizado por la embotelladora Reginald Lee en Argentina (más precisamente en Quilmes).
Hay todo tipo de objetos relacionados con la marca, su historia, una sala donde exhiben publicidades de distintos países, se puede apreciar el proceso de embotellado y lo mejor de lo mejor está al final: la posibilidad de degustar distintas bebidas de la marca por todo el mundo. Hay alrededor de 40 y les aseguramos que probamos todas y cada una de ellas.
Además también hay varias Free Style Machine (como las que se ven en los Five Guys y en varias franquicias de comida rápida) donde podes probar 100 sabores de la marca.
Así que empachados y exhaustos emprendimos la retirada, no sin antes pasar por un clásico de cualquier atracción estadounidense: la tienda de regalos.
Nuestro día no terminó ahí, Atlanta tiene varias cosas para ofrecer, pero eso quedará para futuros posts…
ACTUALIZACIÓN: El Centennial Olympic Park y el Sky View en Atlanta
Ese vuelo nos tuvo bastante preocupados, porque no podían aterrizar,y daban vueltas y vueltas!!!
Todo muy bien calculado,como cada cosa que se proponen,los felicito,hermosas anécdotas para contarle a Nico
Gracias ♥️
Qué recuerdos!! Jaja
Me imagino!! En mi caso era tal mi preocupación por llegar a Coca Cola que nunca pensé en que se acabe el combustible o algún incidente con el avión jaja